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03

Narra Jorge;

Sinceramente no se que decir y al parecer ella tampoco. Nuestras miradas no dejan de verse y eso me pone muy nervioso, nunca antes la había tenido cerca. Casi cuatro años desde que lo nuestro terminó, dejé de seguirla, de pensarla y de amarla, pero,¿por qué no puedo dejar de mirarla?

-Lo siento...-Dice ella por primera vez rompiendo el silencio que había.

-También lo siento...hum, venía distraído.-Ella asiente y nos alejamos un poco.

-¿Cómo has estado?-Preguntó.

Que idiota.

-Muy bien.-Me sonrié.-Después de todo la vida me ha tratado muy bien.-Sonrió, pero parece más una mueca. Se porque lo dice, es obvio que Daniel es el causante de eso.

-Me alegró mucho por ti.-Ella asiente.

-¿Y tú? ¿Cómo has estado?-No quiero asumir que estoy mal, aunque tampoco quiero mentirle.

-Mal.-Me encojo de hombros.-Supongo que me lo he buscando.-Ella no dice nada y escuchó las olas chocar.

-Nunca te deseé el mal.-Dice captando mi atención.-Todo lo contrario, siempre quise que fueras feliz, aunque no fuera conmigo.

-Sinceramente pensé todo lo contrario, me sacaste de tu vida.

-Y tu a mi de la tuya.-No le contradiga, tiene toda la razón. Mi celular comienza a sonar interrumpiendo nuestra conversación. Me disculpó con Danna y le contestó, es mi madre.

-¿Hijo que sucedió? ¿estás bien? me colgaste de repente.

-Si, mamá todo bien ¿podemos hablar al rato? tengo un asunto que resolver.

-Bueno, está bien.-Cuelgo y cuando me doy la vuelta ella no está.

¡Maldición!

Narra Danna;

Conversar con Jorge amablemente no fue lo que pensé que sucedería luego de casi cuatro años separados, mucho menos por la forma en la que sucedió. Estoy muy confundida, ¿por qué no quise matarlo? Tal vez le tenga lástima por todo lo que ha pasado con Bella o tal vez nunca puede tener un sentimiento negativo hacia la persona que más amé en la vida.

-¿Te sientes mejor luego de salir a caminar?-Me pregunta Daniel.

-Mjum.-Digo.

-¿Segura?

-Si.-Asiento.

-Bien.-Me dice y se que no me cree.-¿Qué quieres hacer mañana? Es tu cumpleaños.

-Solo estar en la playa.-Digo y lo miró.-También contigo.-Lo abrazó y el me corresponde.

-Te amo.-Me dice y sonrió como enamorada.

-Yo también.-Lo besó y sonreímos.

(...)

A la mañana siguiente Daniel me despertó con las mañanitas y algunos regalos hermosos. Luego nos vestimos con nuestros trajes de baño y salimos al mar, en eso me acomodó en una de las sillas y comienzo a tomar sol. Media hora después escuchó a Daniel.