-Vamos niño, acerca un poco más tu mano. Cada uno de tus dedos debe pasar dentro del fuego.
-Pero quema, mis papás siempre dijeron que nunca me acercara al fuego.
-Tienes que hacerlo, recuerda que tus papás murieron por tí, al menos debes hacer esto por ellos.
- ¡No quiero! va a doler.
-Yo no quería hacer esto tan pronto, pero tú me obligase, maldito mocoso.
Ohm se incorporó sobre la cama, estaba hecho un completo desastre. Respiraba pesadamente, estaba empapado en sudor, su corazón estaba muy agitado y de sus ojos brotaban lágrimas que no podían ser controladas. Con el dorso de la mano se limpió el rostro y se levantó de la cama.
Miró su teléfono y aún eran las cuatro de la mañana, su rutina de ejercicios la realizaba a las seis. Tenía dos horas que sabía perfectamente, serían dos horas perdidas. No podría conciliar el sueño nuevamente pero tampoco tenía otra cosa para hacer.
Se sentó frente a su escritorio y encendió una vela, esperó que la cera comenzara a derretirse para derramarla sobre sus manos, luego sobre sus brazos y finalmente estaba a punto de quitarse la camiseta para derramarla sobre su pecho y abdomen, pero se detuvo cuando la puerta de su habitación se abrió y se cerró rápidamente.
–Deja de hacer eso, Ohm ¿No te duele?–Sammy se acercó a su amigo y apagó la vela.
–¿Cómo entraste?– Ohm aún seguía en una especie de hipnosis.
–Tengo una copia de tu llave y el vigilante estaba dormido, así que aproveché de venir. Hice bien al parecer. Ve a recostarte, te prepararé algo para que te tranquilices.
El moreno no tuvo más remedio que obedecer y regresar a su cama. Ya habían pasado dos semanas desde que las pesadillas habían vuelto y él, al despertarse, se quemaba o lastimaba a sí mismo.
La joven estaba preparando un té de manzanilla para su amigo y mientras luchaba para encender la pequeña parrilla eléctrica, también le echaba vistazos rápidos a Ohm. Sólo ella era consciente de lo mucho que él había sufrido.
–Ten, bebe antes que se enfríe– le entregó la pequeña taza y se sentó a su lado. Ohm comenzó a beber despacio –Me has estado evitando desde la última vez que trabajaste; no nos vimos en la escuela, no nos vimos fuera de la escuela, no respondías mis llamadas. Escucha, esto también pasó cuando me conociste y cuando te regalé a Doggi. Tienes que ser honesto conmigo ¿estás así porque te acostaste con ese chico?
Ohm se maldijo internamente y se tapó el rostro con una mano. Cada vez que él descubría algo nuevo y le gustaba, terminaba perdiendo el control, teniendo pesadillas y lastimándose. Cuando conoció a Sammy y cuando ésta le regaló su primer perro, también estuvo así por unos días pero al estar ellos a su lado, pudo superarlo.
El problema de ese momento es que le había gustado la sensación de estar con un hombre y lo peor de la situación es que había sido con un cliente. Alguien, que él juraba, jamás debía volver a ver.
–No te preocupes por mí, sólo debo volver a trabajar por las noches y a conseguir otro trabajo de medio tiempo durante el día. Pasará, voy a estar bien.
–¿No has considerado la posibilidad de encontrarte con él otra vez?
–No. Para empezar, yo no me involucraré de nuevo con un hombre porque no me gustan los hombres y segundo, él tiene un novio al que ama demasiado.
Sammy se acostó en la cama y dejó salir un enorme suspiro. En ese caso, ya no sabía cómo apoyar a su amigo, si ese chico ya no estaba disponible podía intentar encontrarle otro, al fin y al cabo, todos los hombres tenían lo mismo.
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¿Disponible?
Fanfiction-Vamos Fluke. No puedes esperar toda la vida al imbécil de Bosston, si no satisface tus necesidades en la cama, debes hacer la maldita llamada de una puta vez. Hazlo por tí, deja de pensar en él por una vez en la vida. Fluke miró con nerviosismo a s...