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19 AÑOS ATRÁS

–Vamos a entrar, mantengan los ojos bien abiertos y recuerden, no deben lastimar a los niños.

Los agentes se hicieron paso dentro del viejo edificio abandonado a través de las paredes y ventanas rotas.

Habían investigado aquel caso durante años y aún no podían terminar con esa red de trata de menores, ésta era la primera vez que lograban dar con una de las "casas", su misión era destruirla y sacar a los niños de ahí.

Si lograban su objetivo, podrían continuar con demás lugares hasta extinguir ese delito por completo y todo gracias a su nueva capitán al mando.

Como era de esperarse el rescate fue exitoso y lograron atrapar a una de las principales cabezas de aquella mafia. En el transurso de esa misma semana algunos de los menores fueron trasladados a una casa hogar y otros fueron devueltos a sus respectivas familias.

–Capitana, todos los hombres que capturamos están muertos, no sabemos qué fue lo que pasó exactamente– dijo uno de los oficiales –no hay señal de una pelea entre ellos y tampoco hay rastro de sangre. Ya le avisé al forense para que examine qué fue lo que pasó.

La capitana siguió al hombre hasta la celda donde aún estaban los cadáveres, ya se encontraban allí algunos policías y un médico levantando los cuerpos inertes.

–Los signos son de envenenamiento pero tendré que examinarlos más a detalle– explicó el forense cuando la capitana se hizo presente. Ella asintió y miró alrededor.

Pudo notar que había una hoja de papel doblada en una esquina de aquella prisión. Discretamente fue a tomarla y sintió un escalofrío recorrerle de pies a cabeza en el momento que la leyó.

"Sin tí no podrían habernos capturado. Cuídate mucho, capitana Ritprasert"



ACTUALIDAD

Kao se encontraba sentado tras su escritorio en la estación de policía. Estaba completamente frustrado por la carga de trabajo que acababa de llegarle.

–Oficial, el jefe quiere verle. Dice que quiere presentarle a alguien muy importante para la investigación– habló en un tono muy respetuoso la muchacha que les ayudaba en la estación.

El hombre asintió y le dedicó una media sonrisa a la jovencita. Se levantó y se dirigió hasta la oficina donde lo habían solicitado. Llamó a la puerta y esperó hasta escuchar un "adelante" para ingresar.

–Noppakao, hijo. Ven, siéntate por favor. Quiero presentarte a la señora Helen Ritprasert, ella siempre está colaborando con nosotros económicamente en todo lo que respecta al caso que acabo de asignarte.

Kao se acomodó frente a la mujer y al momento de estrecharle amablemente la mano, la examinó con la mirada. Aproximadamente más de sesenta años, refinada y al parecer, adinerada. Su antes cabello oscuro dejaba asomar algunos puntos blancos que ni el tinte lograba ocultar del todo.

La mujer sonrió y el oficial de inmediato se sintió en confianza con ella, al parecer era el tipo de persona que siempre muestran una sonrisa sincera y te hacen sentir cómodo.

–Me alegra conocerlo, oficial. Como ya le decía el inspector Siwat, colaboro en la donación de fondos económicos para esta investigación porque tengo un interés particular en ella. Hace tiempo perdí a alguien muy especial por este caso y necesito que se resuelva, también quiero encontrar a una persona. Esta persona era un niño en aquel entonces y, si mis sospechas son ciertas, ahora debe estar trabajando para esos matones. Quiero recuperarlo.

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