8.

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Ohm

Tranquilidad, paz, felicidad.

Es casi indescriptible lo que estoy sintiendo en estos momentos. Hacía tantas semanas que no podía dormir, y que en las madrugadas me causaba heridas. Pero hoy no ¿Por qué? ¿Qué cambió?

¿A qué se debe la calidez que siento junto a mí? Quisiera nunca despegarme, quisiera anclarme aquí para siempre. Aprieto más a lo que sea que está entre mis brazos y me devuelven el gesto. Se siente tan jodidamente bien ¿Con quién estoy? ¡¿Qué diablos hice anoche?!

Lentamente abro los ojos e intento acostumbrarme a la luz que se cuela a través de las delgadas cortinas. Este maldito dolor de cabeza va a matarme. Trato de identificar en dónde estoy. No es mi departamento, no es el departamento de Sammy. La sangre se me congela cuando miro hacia abajo y un cabello castaño que conozco perfectamente bien, aparece en mi campo de visión.

Me alejo un poco de él, pero sin moverme demasiado para no despertarlo y me tomo el atrevimiento de mirarlo. Su respiración es calmada, su pecho subiendo y bajando a un ritmo tan mágico, su linda boca entre abierta, su rostro tan relajado y está sosteniéndome con firmeza, al igual que yo.

No puedo evitar sonreír mientras paso mis dedos por sus suaves mejillas, es tan maravilloso verlo dormir. Bajo mi cabeza un poco para poder disfrutar de su atrayente olor.

Y entonces los recuerdos comienzan a aparecer, todas las palabras que le dije anoche, todo lo que le pedí "quiéreme". Imposible, él ya tiene un novio al que ama mucho, al que no dejaría jamás. Fue bueno poder dormir tranquilo una noche, pero debo enfrentar mi realidad: jamás podrá ser mío.

–Hasta nunca, Fluke. Realmente fue bueno experimentar cómo se siente estar enamorado. Gracias– le digo en voz baja y trato de safarme de su agarre con mucho cuidado.

Salgo despacio de la cama, tomo mis cosas y me apresuro a salir. Una vez fuera de la casa, siento el aire frío envolverme por completo, me abrazo a mí mismo y camino a paso apresurado hasta donde se encuentra mi motocicleta.

Me monto de prisa y comienzo a conducir. No me importa exceder un poco los límites de velocidad mientras recorro las calles aún vacías de un domingo a las 7 de la mañana.

Siento como el aire helado se burla de mí, hasta hace un rato estaba tan caliente y cómodo en los brazos de Fluke y ahora estoy aquí, conduciendo solo y congelandome. Mientras más acelero, más pienso en lo que hice y en lo que debo hacer ahora.

No tengo opción. Debo limitarme a no volver a verlo, debo dejar que él continúe con su vida tranquilamente, debo tratar de continuar con mi propia vida y, principalmente, debo evitar por todos lo medios que algún día se entere de lo que siento por él.

–Me enamoré. Te amo, pequeño arrogante de mierda.















Fluke se removió entre la cama, palpó ambos lados y al no sentir a Ohm, supo que estaba sólo. Se levantó de la cama con bastante dificultad y se dirigió hasta la cocina para prepararse un café demasiado cargado.

Se sentía bastante decepcionado. Lo que ocurrió la noche anterior había sido maravilloso, llegó a pensar que debía terminar con Bosston y que podía iniciar algo con Ohm. Qué estúpido había sido.

Él no estaba, él se había despertado y se había ido. Él no lo quería realmente, era una completa tontería que hubiese pensado que Ohm hablaba enserio la noche anterior "para mí ya es demasiado tarde" ¿cómo pudo haber hecho caso a las palabras de un borracho?

Al parecer aquél era el precio de la infidelidad.

Escuchó que la puerta principal se abrió y por un instante tuvo la esperanza de que fuera Ohm quien había vuelto o tal vez sólo había salido a hacer un recado, pero no. Quien se asomó a la cocina fue su preciado novio.

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