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POV CONAN
No puede evitarlo.

Todavía olía a el, a su colonia.

Me puse su suéter, no podía dormir y sabía perfectamente que no iba a poder hacerlo si no me lo ponía.

Al llegar apagué el teléfono, pues no me apetecía hablar con nadie.

Cuando mi madre llegó a casa ya no lloraba.

No porque estuviera mejor.

Pero se me habían acabado las lagrimas.

Cuando a la mañana siguiente mi madre quiso despertarme ya que no lo había hecho por mi propia cuenta me invente alguna excusa para no tener que ir a clases.

-Mamá no me encuentro nada bien-
Y no mentía, no del todo, no estaba enfermo pero me dolía el corazón y eso era mucho peor.

-voy a traer el termómetro- informó mi madre.

No hubo problema con la temperatura, estaba a 38,6 Cº.

No dormí en toda la noche y eso hizo que mi temperatura subiera.

Quizás también lo hizo el haberme pasado aproximadamente las ultimas 6 horas llorando.

Cuando ya casi me estaba quedando dormido acerqué mi mejilla al hombro del suéter y sin querer aspiré de nuevo aquel aroma, que pudo conmigo, fue el detonante, y después de aquella primera lagrima, ya no pude parar.

-Bien, quédate en casa hoy cielo.- Dijo mi madre dejando un pequeño beso en mi mejilla.

Ya casi había salido de la habitación cuando se me ocurrió lo que podría pasar.

-Oye mama.- dije para llamar su atención.

-Dime hijo-

-Si viene Tylor dile que no suba, porfavor.- Ahora mismo necesitaba pensar, y verle no iba a ayudar.

Ella solo asintió mientras salía de mi habitación cerrando la puerta con suma delicadeza.

Me quedé en la cama, acurrucado, hecho un ovillo y con la cara enterrada en la almohada.

No quería volver a llorar, me escocían los ojos y sentía que podrían arder si una sola lagrima volvía a asomar.

POV TYLOR
No podía sacarme de la cabeza la imagen de el rostro destrozado de Conan.

No pude dormir en toda la noche pensando una y otra vez en el discurso que le daría para que supiera porqué le dije todas esas cosas a Ryan.

Por la mañana me levante de la cama de un salto y me dirigí al baño para lavarme la cara y los dientes lo más rápido posible.

Me vestí sin importarme en absoluto que me ponía y salí disparado por la puerta.

Calculé que me costaría un poco convencerlo, así que salí más pronto de lo normal de casa, y aceleré el paso todo lo que pude.

En cuanto me di cuenta, ya estaba delante de la puerta de su casa.

Normalmente Conan me esperaba fuera y así no debía llamar al timbre, pero esta vez, él no estaba ahí.

Llamé a la puerta un poco nervioso.

Me abrió su madre.

-Hola Elena.- Dije rascándome la nuca.

-Hola Tylor, cuanto tiempo.- Dijo ella sonriendo.

La verdad es que des de ese día donde tuvimos la pequeña charla, no nos habíamos vuelto a ver.

-Si...yo...venia a p-por Conan.- Explique nervioso.

-oh, cielo, Conan está enfermo.-

¿Enfermo? Sentí cierta preocupación creciéndome en el pecho al no saber como se encontraba el menor.

-¿Puedo subir a verlo?- pregunté intentando adentrarme en la casa.

-Mejor que no.- Negó un poco más seca. -Puede ser contagioso.-

La conversación no fue a más y terminé por yéndome a clase.

Yo solo.

Sin ninguna mano que sujetar.

Una vez que llegue al instituto, Ryan me esperaba ahí, plantado en la puerta y con una media sonrisa en la cara.

-Buenos días Becker.-

Intenté fingir una sonrisa de aprobación, pero sinceramente lo que menos me apetecía en ese momento era sonreír, pues no podía dejar de pensar en el rizado.

-¿Preparado para lo de hoy?- Siguió insistiendo.

¿Lo de hoy? ¿De que me había perdido?, quise preguntarle al pelirrojo a qué se refería pero no hizo falta porque antes de que me diera cuenta volvió hablar.

-Hoy en la comida vas a preguntarle a Heather si quiere salir contigo y así a ver si te la ligas de una vez- dijo golpeándome en el hombro.

Parecía Que ya lo tenía claro, que ya había decidido que iba a pedirle salir, cuando lo único que podía pensar era en volver a casa con mi novio.

Odiaba el hecho de tener que fingir, porque aparte de estarle haciendo daño a una persona muy importante para mí me lo estaba haciendo a mí mismo, tener que esconder lo que era no me hacía ningún bien y era muy consciente de ello, ¿pero a caso tenía otra opción?

Las horas pasaron lentas, veía las agujas del reloj moviéndose poco a poco mientras esperaba que ese día horrible terminara.

Cuando por fin sonó la alarma que indicaba que podía ir a comer, intenté escabullirme, hacer lo posible para no tener que enfrentarme a esta situación, pero antes de que pudiera hacer nada más Ryan dió conmigo y me llevó a la cafetería.

La comida fue un tanto incómoda todos hablaban pero yo me sentía fuera de lugar perdido en mis pensamientos y en mis preocupaciones.

Ryan hacía comentarios constantemente para que hiciera algún movimiento al respecto del tema con Heather.

-Vamos tío-me susurró Ryan. -Al final voy a tener que pensar que si eres maricón, porque a este paso...-

-Heather.- dije intentando llamar la atención de la ojiverde.

-Dime.- contestó batiendo sus pestañas.

-¿Te apetece que salgamos a tomar algo algún día?.-

Heather estaba apunto de contestar cuando Ryan se metió en medio de la conversación, se aclaró la garganta y procedió hacer lo peor que pudiera haber hecho nunca.

-¡Oh vamos!- dijo indignado. -Verás tía, lo que Tylor quiere decir, es que si quieres salir con el, ya sabes, ser su chica.-

Mis ojos se abrieron como platos ante tal estupida declaración.

Solo me quedaba rezar porque ella dijera que no.

Pero no tube surte.

-oh..., por supuesto que si.- dijo acercando su mano a la mía.

Iba a apartarla cuando Ryan me lanzo una mirada fulminante, como adivinando en lo que estaba pensando.

Como iba a poder hacerle esto a Conan, era imposible, no lo soportaría.

Heather?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora