A la mañana siguiente, las celdas fueron abiertas a eso de las cinco de la madrugada, cuando uno de los guardias especiales de Yeong se dio cuenta de que faltaban reclusos. Hicieron a todos levantarse de sus acogedoras camas para poder revisar.
–Anoche hubo una enorme ventisca, dicen que encontraron a algunos huyendo por la carretera. Los hallaron muertos en medio de la nada –los cuchicheos ponían aún más nervioso a Doyoung, quien rezaba a cualquier ente que ninguno de esos supuestos, fueran dos de sus bebés.
Yeong apareció furioso, con los ojos rojos y su bigote retorcido. Caminó a paso apresurado hacia las escaleras, donde tendría una mejor vista de todos.
– ¡Escúchenme bien, mierdecillas! Tengan por seguro que merecían morir de esa manera. ¿Quién mierda les dio la autorización de intentar escaparse? ¿Eres tan idiota para huir en una ventisca de tal magnitud? –algunos quisieron lanzarse contra él. Taeyong silbó de manera estruendosa, haciendo que cualquier queja fuera silenciada–. De algo que sirvas, Lee. En fin, los cuerpos hallados son extranjeros, nada de qué preocuparse.
Johnny escupió al suelo, demostrando su enfado. Doyoung le acarició el brazo negando.
Cuando el viejo se retiró, todos se reunieron con sus amigos para poder maldecirlo entre ellos.
– ¿Alguna señal de vida? –Doyoung preguntó en cuanto vio a Jeno y Jaemin.
–No, ni siquiera tienen sus rastreadores encendidos. Algo debió sucederles.
Jeno, Jaemin y Doyoung lucían devastados. Taeyong se había ido con Johnny a conseguir alguna pista, pero nadie sabía nada de ellos.
Al medio día, la alarma de incendios fue encendida. Los guardias corrieron hacia el lugar del incendio, justo detrás de la cancha de baloncesto.
– ¡Aquí hay alguien! –un guardia se hizo escuchar a través de la radio–. Son dos muchachos... Alguien los dejó afuera, en medio de la ventisca... ¡Envía refuerzos! ¡Estos chicos morirán de hipotermia y el fuego no ayuda!
Cinco guardias corrieron hacia el lugar, corriendo hacia dentro, con dos camillas. Las sabanas estaban sobre la cabeza de la persona, así que nadie sabía quiénes eran.
–Prisionero 000323 y prisionero 000606 –el guardia que había pedido los refuerzos llevaba consigo las placas de identificación–. ¿Alguien conoce a...? –revisó la lista–, ¿Huang Renjun y Lee Donghyuck? –Doyoung se levantó junto a Jeno y Jaemin, casi corriendo hacia el guardia–. Lo sentimos mucho.
Taeyong y Johnny aparecieron justo en el momento en que el guardia les entregaba las placas de sus amigos, Taeyong no sabía lo que estaba sucediendo, pero al oír los lamentos, se dio cuenta.
–Doyoung... ¿quieres comer? Te ves fatal –Johnny le acaricio el cabello, el pequeño conejito lucía tan deprimido que se veía aún más pequeño de lo que era.
–No, perdón –Taeyong buscó la mano de Doyoung, pero ambas manos estaban ocupadas entrelazadas con las de Jeno y Jaemin. Los tres se veían tan débiles y deprimidos.
Jeno lloraba en silencio, mientras Jaemin seguía en shock, Doyoung les intentaba de transmitir seguridad con pequeñas caricias en el dorso de la mano. Johnny quería darles a los tres un enorme abrazo, pero se sentía tan triste como ellos. Ese pequeño grupo de chicos eran como sus hermanos menores.
–Lee Jeno y Na Jaemin, acompáñennos.
Ninguno de los dos se levantó, así que Johnny los sacó de sus pensamientos, logrando despertarlos. Ambos se alejaron mirando hacia atrás, casi con miedo de tener que perder a otro amigo.
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Dragón Negro/DoTae
FanfictionEl día en que él llegó las cosas se tornaron un caos en la cárcel. La mayoría quería verlo arrodillado mientras les hacía un trabajo oral. Aquel muchacho de cabello negro y con apariencia de conejo, se llevó el corazón del rey. 🐰Advertencias🌹 Leng...