Dragón Negro/DoTae

Extra 3

Enfermero

Johnny fue proclamado el nuevo rey de la cárcel luego de que Taeyong huyera y que su supuesta muera fuera dicha. Kwang fue asesinado por varios reclusos que decidieron ponerle un fin a su tiranía. Jaehyun y Sicheng lo habían ido a celebrar junto a él con una copa de vino.

– ¿Estás bien con esto de que Taeyong muriera, Johnny? –Jaehyun bebió su copa.

–Kun me dijo la verdad. Doyoung y él continuaron comunicándose por cartas y le pidió que le ayudara a encubrir la muerte de Taeyong. El cuerpo que está enterrado bajo la lápida de mi querido amigo, es un vagabundo sin familia.

Sicheng y Jaehyun asintieron. –Así que volviste con Kun.

–Sí... Hijo de perra –le golpeó la cabeza–. No, no hemos vuelto, pero podemos hablar ahora que sé que no me odia.

La enfermería se había vuelto un lugar solitario ahora que Taeyong no enviaba a reclusos. A veces Sicheng iba a visitar contando como él y Jaehyun se besaban en el patio de castigos de Yeong.

Kun se sentía algo estúpido por haber pensado mal en aquellas personas. Sobre todo, en Johnny.

Él y Johnny habían comenzado a salir en la universidad, su profesor era un amigo del mayor y su casi asesino. Quería realizar pruebas sobre la mutación en seres humanos y Kun estaba encantado con aquella idea, pero las cosas no parecían ir bien. Todos los conejillos de india que había utilizado para las pruebas morían al instante, creyendo que quizás los animales no servían; su profesor le pidió que fuera voluntario.

– ¡¿Qué mierda estás haciendo Kun?! –Johnny había llegado justo a tiempo para impedir que su novio fuera asesinado por un estúpido científico con complejo de dios.

Todo fue tan rápido que no pudo impedir que su novio no asesinara a golpes a aquel cientifico.

Johnny fue llevado a la cárcel más peligrosa y sus amigos le dieron la espalda por tener a un "asesino" como novio.

Años más tarde, cuando se graduó con honores de la universidad, decidió que su práctica sería en aquel lugar. No sabía o no quería saber la razón, pero se sentía de alguna manera a salvo sabiendo que el mayor estaba bien.

– ¿Puedo pasar? –la voz gruesa de aquel hombre lo sacó de sus recuerdos–. Bueno, ya entré.

–Entonces no preguntes si lo harás de todas maneras.

Johnny se acercó a él y lo besó, robándole el aliento.

–Tú me dijiste que no preguntara si de todas maneras lo iba a hacer.

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