Dragón Negro/DoTae

Capítulo 9 "Qian Kun"

En cuanto oyeron los nombres de Jeno y Jaemin se levantaron de sus asientos, corriendo hacia Jaehyun para que los guiara. Los tres corrían chocando con los demás recibiendo quejas que eran calladas con las miradas que Johnny les daba.

– ¡Por ahí! –gritó Jaehyun apuntando hacia arriba.

Jeno y Jaemin estaban llenos de golpes y sin aliento, mientras que frente a ellos se hallaba un hombre que Doyoung jamás había visto en todo ese tiempo. Johnny se paralizó por un segundo y luego subió las escaleras que lo llevarían con los pequeños. Doyoung y Jaehyun lo siguieron casi de inmediato, pero el mayor le impidió seguir caminando.

–Jaehyun, necesito que vayas por ellos dos. Doyoung quedate detrás de mí, no dejes que ese imbécil te vea si quiera un mechón.

Jaehyun hizo lo que Johnny le pidió y con la mirada de aquel hombre en él, sujetó a Jaemin y Jeno de la cintura. Intentando usar toda su fuerza para no pedirle ayuda a los demás. Cuando llegó al lado de Johnny, Doyoung pudo ayudarlo llevando a Jeno.

–Bajen y llévenlos a la enfermería –Jaehyun bajó con Jaemin en brazos rápidamente, ya que era el más herido de ambos. Doyoung miró al mayor sin moverse–, estaré bien. Regresaré por ti más tarde, lo prometo.

Doyoung siguió a Jaehyun con Jeno al borde de perder el conocimiento, escuchaba como sollozaba y sus pequeños hipos se iban volviendo casi nulos.

–Jeno por favor mantente despierto, yo sé que tu puedes. No me dejes, piensa en que pronto podrás ver a Donghyuck y Renjun. Imagina que cara pondrán cuando no estés en la celda –Doyoung hablaba a Jeno intentando no dejarlo dormir.

Al llegar a la enfermería Jaemin estaba siendo atendido por el nuevo ayudante, Qian Kun. El doctor que los atendía al parecer había tenido que ir a una sección aparte de esta. Así que el nuevo debía estar al borde del colapso. Doyoung dejó a Jeno en la camilla junto a Jaemin y le quitó la camiseta con cuidado, revisando todo el daño que le habían hecho a su pobre bebé.

–Dame un segundo y te ayudo, por favor –el chico de gafas le habló a Jeno de la misma manera que Doyoung lo había hecho antes.

Momentos más tarde, cuando ya ambos estaban con sedante y apunto de ser enviados al hospital, Kun tomó su libreta de apuntes y camino hacia Doyoung y Jaehyun que miraban a los más pequeños con amor.

–Disculpen, ¿saben lo que pasó? –Kun escribió algunas cosas y Doyoung negó.

–Yo solo llegué cuando el idiota que parece un oso golpeó a Jaemin –Doyoung lo miró con enfado–. No me mires así, intenté detenerlo. Él me dijo que si quería que se detuviera debía ir por la "zorrita" de Taeyong y su perro guardián.

–No soy el perro guardián de nadie –Jaehyun sonrió, contagiando a su amigo.

–En pocas palabras –ambos miraron al chico–, los golpearon hasta dejarlos en este estado –Jaehyun asintió–, ¿saben el nombre de ese salvaje?

Doyoung sonrió divertido. –Hablas de una manera muy graciosa.

Kun lo miró. –No le veo lo gracioso a mi manera de hablar, pero gracias. ¿Sabes el nombre? –miró a Jaehyun, haciendo reír una vez más a Doyoung.

–Le dicen el dragón blanco o mata bichos. Su nombre no lo sé, pero escuché que era "el rey" antes de que llegara Taeyong –esta vez miró al conejito–, creo que quiere vengarse de él y como Taeyong desapareció, se deshará de todos sus amigos.

Kun asintió anotando todo. –Gracias –la radio por donde se comunicaban con Kun volvió a sonar.

"Estamos por llegar, por favor revisa que estén bien sedados, no queremos los mismos inconvenientes de la otra vez, Kun"

–Sí, quizás duerman hasta mañana. Tienen suerte de que los dejaran vivir –a Doyoung no le pareció muy amistoso aquel comentario, pero Jaehyun negó, deteniéndolo.

"De acuerdo"

El silencio que se formó congeló a Kun, pero ni siquiera se inmutó. No podía volver a encariñarse con reclusos, no luego de perder al hombre que creyó el amor de su vida y ser traicionado por los que alguna vez llamó amigos o compañeros.

–No deberías hablar de ellos como si fueran basura –Doyoung dijo seriamente, sin apartar la vista de ambos chicos–. Entiendo que nos veas como una mierda en tu zapato, pero no hables de ellos así enfrente de mí. Nunca he asesinado a nadie, sin embargo, no me molestaría comenzar.

Jaehyun negó, golpeándole suavemente la cabeza.

Cuando el equipo de emergencia apareció, junto a ellos llegó Johnny. Doyoung corrió a abrazarlo, pero en cuanto el mayor hizo un pequeño ruido de dolor se alejó.

– ¿Qué mierda, Johnny? ¿Qué mierda te pasó?

Mientras aseguraban a ambos chicos en las camillas que serían transportadas al hospital más cercano, Kun revisó a Johnny.

–Nos vamos, Kun. ¿Necesitamos llevarlo a él también? –preguntó el chico de cabello castaño, parecía un niño.

–Creo que no es necesario, te llamaré por si cambio de parecer, por ahora llévenselos, Chenle.

El chico asintió y junto a otro chico más alto, salieron del lugar.

– ¿También peleaste con el dragón blanco o como se llame? –anotó Kun en su libreta. Johnny lo miraba desde la camilla con el ceño fruncido, como si quisiera golpearlo.

– ¿Qué mierda haces en este lugar? –Jaehyun y Doyoung lo miraron sin entender–. ¿No te dije que te fueras a la mierda?

–Mira, chico. Tengo trabajo que hacer, dime la mierda que hiciste y no te molestaré más.

Ambos se miraron estupefactos sin saber que decir en una situación incómoda.

–No me hables como si tuviéramos tanta confianza, hijo de perra.

No querían dejar solo a Kun y Johnny, pero las cosas estaban comenzando a ser muy intensas. El mayor miraba al pobre chico como si quisiera cortarlo en pedacitos para luego enviarle esos pedazos a su mamá por correo.

–Ah por favor, cállate.

Johnny en un segundo tenía a Kun sobre la camilla, con su mano en la delicada garganta, sus venas sobresalían de sus brazos y sus ojos no dejaban de transmitir odio.

–Johnny –Doyoung lo llamó–, Johnny detente. Es suficiente. Sea lo que sea que te haya hecho, no lo vale. Déjalo.

–Tú no sabes lo que él hizo, no te metas –dijo entre dientes, sin apartar la vista del enfermero.

–Supera todo Johnny, como siempre lo haces –Kun le dijo, casi escupiendo veneno de sus palabras. El mayor no aguanto más e intentó darle un puñetazo en esa linda y suave mejilla, pero no pudo, no cuando esos lindos ojos lo miraban casi con terror y un poco desafío.

–Vete a la mierda –Johnny como pudo se levantó de la camilla y se sentó lejos de él. Kun negó arreglando su ropa.

Jaehyun y Doyoung no dijeron nada, así que Kun, como el buen hombre que era, con un suspiro comenzó a relatar.

–Él y yo éramos novios –Doyoung no se lo esperaba–, en fue poco antes de que lo arrestaran. Era compañero de mi profesor, aquel que asesino –Jaehyun abrió la boca sin poder evitarlo–, la razón por la que está aquí.

Johnny hizo un ruido con su boca, casi burlándose de la historia.

–Les contaré –miró a sus amigos–, este hijo de perra creyó ser más inteligente que yo –Kun rodó sus ojos–, pero lo descubrí justo a tiempo. Todo el mundo sabía que ese estúpido de Gunji solo estaba utilizándote, pero preferiste creerle a él. ¡Iba a asesinarte! ¿qué hubiera sucedido si no llegaba en ese momento? ¡Y tuviste la osadía de llamar a la policía! ¡El imbécil intentó muchas veces acabar con tu puta vida Qian Kun! –Doyoung se acercó a Jaehyun, jamás había visto a ese gran hombre enojado.

– ¡Entiende que su vida era mucho más importante que la mía! –Johnny se levantó, sin notar que volvía a sangrar–. ¡Recuestate maldita sea! –Kun con un rápido movimiento hizo que Johnny volviera a la camilla, dejando a los otros impactados–. Ahora cállate y déjame volver a vendarte. Y por favor deja de gritar por cosas del pasado.

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