xii. BALA ASESINA

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En el amanecer, lo primero que impactó frente mis ojos fueron los rayos de luz cómo el fuego asomarse sobre el horizonte y los vestigios de una batalla fueron mucho más visibles ante los que nos hallábamos de pie, lentamente salíamos de detrás de los escombros y las sombras de una noche horrorosa. El aire continuaba ardiendo, sofocante con el olor a pólvora y las explosiones que ennegrecieron por completó este pedazo de tierra donde me paraba.

Habíamos estado demasiado cerca de ser alcanzados por las llamas, pero en mi interior la sensación de la muerte persistía con fervor y abrazando los temores, la desesperación, una ausencia de hallar seguridad.

Lejanos, sus voces empezaron a ser audibles a mis oídos, los soldados que todavía eran capaces de estar de pie, mantener sus fuerzas. Sin embargo estaban ahogados, con sus cuerdas vocales que se forzaban a hablar encima del escozor, después de respirar cantidades grandes de humo, explosivos, bombas y los gritos que se perdieron junto al resto de los hombres. Yo no intenté recuperar el habla por los siguientes instantes, me hallé concentrada en el gran trozo de color cobré incrustado cómo una bala en las grietas de la tierra muerta. Las fisuras estaban dibujadas luego de recibir el impactó de los cañones. Mis recuerdos lo reconocían como una parte de la armadura de ese caminante monstruoso, el titán que nos protegió a duras penas mientras era despedazado por el furor del ataqué enemigo. Las imágenes de está noche podía comprenderlas, pero mi mente aún procesaba duramente esa revelación.

La realidad.

Un vendaval caluroso y fuerte golpeó de un momento a otro en nuestra dirección. La voz de Colt se aminoró con un sonido lastimero, el aire que llegó a nosotros quemó por unos segundos. Retrocedí un paso, temblorosa y expulse dolida el ardor en mi garganta tosiendo al haber absorbido un poco de ese caliente vapor. A ojos entrecerrados, cubrí la mitad de mi rostro con mi antebrazo y subí la mirada más allá de mi posición.

Cadáveres abominables, carne evaporandose como si fuera nada y los huesos cayéndose para volverse polvo. Los titanes desaparecieron, abandonaron todo rastro de su paradero mientras un grupo de hombres empezaban a dejarse entrever en medio de la nube de vapor. Lentamente pude visualizar, el reflejó de los anteojos del señor Zeke destello con su piel pálida que portaba marcas bajo sus párpados y recargaba el brazo de Braun sobre sus hombros rectos, el rubio menor estaba casi inconsciente, desvanecido en vapores que todavía rodeaban su cuerpo envuelto por un brilló rojizo, parecía la carne viva expuesta desde su cuello, torso y brazo izquierdo y la bilis en mi garganta tiemblo aturdida de lo que veía.

Mis manos se enfriaron y los latidos en mi pecho resurgieron feroces ante la cantidad de ese tono rojo, mis ojos se sumergieron en lágrimas y antes de alejar la mirada de ellos hallé a Galliard con las mismas marcas bajo sus ojos junto las facciones de su mandíbula detalladas en sombras moradas, él observaba hacia los soldados pero cuándo sentí que cruzaría con su mirada, me volteé.

El terreno de su entorno era caótico, aterrador.

-¡No retroceder, no retrocedan! ¡Esa fue la maldita orden! Abandonaron la línea de fuego, ignoraron órdenes de sus mandos y se escondieron como ratas. ¡¿Quiénes diablos se creen para desobedecer órdenes nuestras escorias?!

El sargento Schwer llegó hacia un grupo grande de soldados eldianos, se dirigió directamente hacia dos hombres que se apoyaban para caminar y pateó sus rodillas haciéndolos caer de bruces al suelo, uno de ellos se desplomó con un doloroso sonido. El dañó estaba plasmado en su rostro, una mueca demasiado débil, una que gritó la desesperanza que lo habitaba y algunas lágrimas emanaron por mi rostro, escapando de mis estúpidos intentos por contención.

Luchar no te hace fuerte, al menos aplicaba para mí, porque alguien tan débil como yo cae ante el miedo solo suspirando.

-¡Malditos miserables! ¡¿Crees estar a salvó por huir de sus responsabilidades?! ¡¿...de sus labores como soldados?! ¡Sirven a Marley, todos ustedes! -vocifero sin descansó, aclarando su voz cada vez con más rabia en sus expresiones.

Es tu culpa. Fue todo lo que mi subconsciente me recalcó mientras cada palabra escupida por el sargento aún hacia eco. Completamente tardé caí en la cuenta de como mis acciones y deseos por sobrevivir habían desafiado una orden de Marley, del general Magath específicamente, quién ahora se encontraba a unos metros entre nosotros y los guerreros con un semblante ilegible, pero tan sólo duró unos segundos, el general dió media vuelta para dirigirse a los cambiantes hombres con otro hombre de Marley a sus espaldas dándole, supuse, un informé.

No pude evitarlo. Solté un gritito cuándo la explosión de la pólvora llegó e impactó en el cráneo del eldiano que peor movilidad tenía. Lo asesinó en medio de sus gritos, Schwer elevó su mirada hacia mi con el rifle rozando la tierra entre sus brazos. El uniforme del sargento estaba libre de manchas de pelea, desconocía que participaría en la batalla que oscureció estás tierras. Sin embargo reconocí que esté hombre no había hecho nada.

Él no lucho cuándo otros morían.

-Sargento Schwer. -se pronunció Colt dando un pasó hacia el aludido con la intensión de seguir hablando sino fuera por la interrupción del eldiano arrodillado en el suelo cerca del cadáver del soldado.

-¡S-señor! ¡Ella fue qu-quién rechazó la orden! -soltó tembloroso intentando alejarse del arma. - Le oí d-decir a Grice p-para a-abandonar la línea...

El sargento Schwer deformó su peligrosa y furiosa expresión observándome, el frío calaba mi interior con temblores dándose pasó en mi sistema. Schwer con las cejas fruncidas torció una sonrisa y jaló del gatillo una vez más.





















*',•¡hey, no te vayas aún!
¡si, si, te habló a ti!
quiero agradecer
muchísimo
a tod@s por sus
lecturas y estrellas,
por seguir apoyando
está historia, a pesar
de mis extrañas
ideas a.u, leo cada
comentario con una
sonrisa y seguiré hasta
el final con este ff aún
si se vuelven fantasmas
saludos y se me cuidan

𝐁𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍  ━━𝐩𝐨𝐫𝐜𝐨 𝐠𝐚𝐥𝐥𝐢𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora