xiv. TRAMPA DE FUEGO

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Las grietas estaban sucias y repletas de óxido sobre la compuerta, algunos insectos incluso podían verse pegados a la suciedad en búsqueda de poder comer. El motor de los vehículos se había extinguido cuándo se decidió dar el primer pasó, nada más llegar al lugar de destino y quizás a una horrible trampa, pero el calor marcando mi frente era más molestó que la idea de ver perdido todo lo que había superado para llegar a estar viva esté día. La ubicación extraña y difusa de un sitió subterráneo a mitad de la nada que podía almacenar al enemigo, pero también guardar importante información para Mare era inquietante. Aún con el sol sobre nuestras cabezas mis nervios se estaban crispando y mi semblante imescrutable encogiendo, perdiéndose bajo la sombra desconcertante de la angustia.

—Hay que bajar.

Miré hacia al responsable de interrumpir el silencio, osado o tal vez ansioso. Galliard hizo lo que dictaban sus propias palabras descendiendo por las escaleras de tierra seca, luego lo noté por el breve movimiento tensó que realizó con sus músculos y su garganta pasando visiblemente saliva. Reiner no respondió exactamente igual que todos, estaba más serio, casi intimidante, pero no por eso menos angustiado.

—Hay dos formas de hacer ésto, cómo lo veo yo, Galliard aguarda. —se hizo escuchar el general Magath. El aludido acató la orden parando en seco a un escalón de la puerta, volteó con una mirada alerta y escuché al tal jefe de guerra ubicarse a mi izquierda. — Nosotros no tenemos un buen juego allá abajo, está por demás decir porqué. Sin embargo puedo creer que para ti ese no es el caso y podría ser mucho más eficiente dadas las desiciones que nos han traído hasta aquí. Sabemos que ésto no es lo que buscamos, la concentración enemiga, su fuerte y armamento se alberga lejos de aquí, pero deben haber espías o vigilantes que se hallan plantado estar en este lugar. Más cerca de nosotros. Montaremos un perímetro ahora, quiero asegurarme de que no exista otra entrada o salida. Mientras tanto tú debes ser la principal defensa y ofensiva cuándo sea el momento de descender. —los ojos sombríos del general se posaron sobre el resto con determinación. — La búsqueda que nos abarcó estos años va a terminar, se los juro. Cómo así será... no quiero rehenes hoy.

Asentir sin dar objeciones y tan sólo seguir cómo seres sin propia voluntad, lo comprendí aún mejor que mientras más sobreviva, más podrían desear empujarme al filo del fuego. Era castigada o tan sólo un sacrificio, pero también era el último trató, yo, para no dejar morir a mi país. Mis hombros se irguieron en cuánto sentí los ojos claros del señor Jaeger sobre mi, presione mis labios en una fina línea y silenciosamente me preparé para lo que se avecinaba. O a lo que temia.

En el momento en que las órdenes del General Magath eran cumplidas y cinco escuadras se habían plantado para la supervisión del terreno junto las armas, uno de ellos emergio de la nada un grito en alerta, nuestra posición me ubicaron con el señor Jaeger y Reiner hasta esos instantes cuándo todo parecía suceder. El soldado eldiano agitó sus brazos, señal que fue imitada por el resto de hombres junto a éste y señalando directo al oeste vimos aparecer desde el horizonte la misma artillería enemiga que nos arribó crudamente hace dos noches. ¿Fue todo una cruel trampa? Mis ojos así lo veían, pero entonces Theo Magath dió la orden de montar a los vehículos y la mano firme de Braun sujetó mi brazo para arrastrarme a las camionetas sin titubeos. Zeke Jaeger fue dejado por nosotros atrás, perdí su posición tan pronto fui obligada a correr y entonces los motores volvieron a la vida para alejarnos del terreno.

Desentendida pero alarmada observé renuente por la ventanilla, escapar del enemigo no era una vía probable, estábamos en terreno llano y nada nos iba a esconder de su mira, si nos dirigíamos a Riggan entonces todos se expondrán y se creará otro cementerio. Sin embargo escuché el movimiento persistente a mis espaldas, por el rabillo del ojo miré a Reiner de pie cambiando su postura y con una navaja en mano, estaba sudando pero mantenía un semblante determinado. El resto de hombres que nos acompañaban no eran los mismos con quienes viajé al principio, Colt y Galliard no estaban. O habrían subido a otro vehículo, la prisa por cumplir la demanda del General no permitió un orden exacto. Las demás camionetas gruñian junto a nosotros a la velocidad en la que íbamos, pero Las Fuerzas del Medio Oriente parecía que estarían pronto a un pasó de alcanzarnos, y entonces llegaron a pasar sobre el fuerte subterráneo.

Algo cambió.

Los vehículos se detuvieron ni bien llegó por la radio la voz del General.

—Están allí. —oí a Reiner cerca de mi, su mirada puesta también sobre la ventanilla y en el segundo que volteé a mirarlo un destello en la distancia me hizo entrecerrar los ojos.

La tierra se sacudió y un mar de explosiones comenzaron a aparecer exactamente sobre el terreno objetivo y dónde las fuerzas del enemigo cruzaron. Todo se inundó de fuego. El conductor designado intercambió unas palabras por la radio afirmando la posición en la que estábamos, yo giré por completo hacia el rubio soldado.

—¿Destruir el terreno? ¿E-eso era lo que Magath q-quería desde un principio? —interrogue cuándo los puntos claves se unieron a mi cabeza luego de la enorme confusión. El desplazamiento de montar un perímetro según órdenes de Magath fue también para convertir el sitió objetivo en un campo minado.

—Las posibilidades de una trampa eran grandes estuviésemos en el exterior o interior. El general quería asegurarse de que teníamos algo... —argumentó para mí desconcierto mayor, Reiner oscureció sus expresiones al continuar hablando. — Infiltrados en las filas es cometido en estás circunstancias, el Medio Oriente sabe que hacer para ganar,... pero Marley también y si valió la pena esté ataque ahora lo sabremos... —sus palabras se cortaron cuándo alzó su mano hacia el auricular en su oído izquierdo y arrugó sus cejas afirmando delante de mi.

Volteé de nuevo a mirar el exterior cuándo pudo observar cómo los hombres junto a nosotros sujetaban fuertemente sus armas. El fuego empezaba a extinguirse cuándo todavía sobrevivían una parte de la artillería enemiga. Quizás era de esperarse que el plan de Magath no erradicara a todos, pero su número ahora igualaba al nuestro. ¡Reiner! Una voz reconocida exclamó tan fuerte por el auricular del rubio, era el señor Jaeger y el aludido estaba perdido por unos segundos presionando el mango de su navaja hasta temblar.

—Tsk... Cumpliré. —murmuró para si mismo con esa sombra perturbada nuevamente sobre sus ojos, cómo la primera vez que nos conocimos.

Abandonó la camioneta, unos soldados fuera le dejaron el paso libre y lo observé correr rápidamente lejos. Está apuntó de pasar otra vez. Lo entendí con el martilleo en mi corazón y el pavor queriendo derribarme justo ahora antes de que la luz cayera furiosa del cielo cómo un rayo sobre él. El rostro humano desapareció y el titán de armadura se visualizó incado en una rodilla poniéndose en pie. Detenido por unos segundos escalofriantes que hicieron contener el aliento a más de uno hasta tomar una nueva posición con la caída de otro rayo de luz y la aparición del titán bestia. Los titanes fueron directo hacia el enemigo bloqueando el fuego de su artillería principalmente por el de armadura. Mientras al resto nos empujaron a salir permaneciendo ocultos de la vista por las camionetas y el general Magath se plantó a unos metros.

—¡Ya llegamos a éste momento! ¡Se nos ha revelado lo que contenía ese subterráneo del Medio Oriente y ahora muchos de ustedes se enorgulleceran por cumplir con su valiosa misión para Marley! ¡Las escuadras seis, dos y cuatro descenderán!

El desconcierto nubló las expresiones neutrales de muchos, otros siguieron sin vacilar, pero yo estuve preparada a sabiendas que ponerme en la línea de fuego sería la menor de mis penitencias por ofender a los mandos de Marley y sus órdenes. Nos meterán a la boca del lobo, gritaron para abrir una carrera retorcida hacia la grieta sobresaliente donde era el terreno marcado del subterráneo que sufrió las explosiones y otro campo suicida, pero la revelación de la terminación en aquella zona fue todavía más insólita.

El general quería asegurarse de que teníamos algo...

Un búnker. A causa de las explosiones descubrieron parte del búnker enemigo para mí impresión. Debes ser la principal defensa y ofensiva cuándo sea el momento de descender. Así encontré los rasgos afilados y duros de Porco Galliard en mi al instante en que iríamos a descender.

𝐁𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍  ━━𝐩𝐨𝐫𝐜𝐨 𝐠𝐚𝐥𝐥𝐢𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora