14. +Te Necesito+

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«No me dejes, no ahora que me di cuenta de lo que verdaderamente siento por ti...»

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   — La perderás, la perderás, la perderás sin poder hacer nada para impedirlo, nunca has podido salvarlos, a ella tampoco lograrás hacerlo.

Esa voz resonaba como eco en la oscuridad del lugar, pero Kirito no podía distinguir de dónde o de quién venía esa voz.

   — ¿Quién eres? ¿A qué te refieres con eso?

   Su desconcierto era evidente, aquella voz no hizo más que reírse. No era una risa alegre, era la risa de un psicópata, ese tipo de risa que causa escalofríos oír y te intimida sólo deseando que se detenga.

   — La perderás, y será permanente, recuerda que no siempre obtienes lo que quieres.

   No sabia qué significaba  esa frase, tampoco le dio tiempo a preguntar puesto que apenas acabó decir eso rio de forma estruendosa y terrorífica que le hizo cubrirse los oídos para intentar no escucharla.

   — ¡Cállate! ¡Cállate, cállate, cállate!

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Se levantó con la respiración agitada y transpirando, el corazón le latía con tanta fuerza que podía escucharlo fácilmente; tomó su cabeza entre sus manos e intentó olvidar esa pesadilla.

   Se alteró más al no ver a Shino a su lado, como recordaba antes de haber dormido.

   — ¿Sinon? ¿Dónde estás?

Preguntó, al no recibir respuesta se levantó de la cama y buscó en la sala; no la encontró, en la cocina tampoco estaba. La busco en todos los cuartos y al ser un pequeño apartamento no le tomó ni diez minutos.

   Volvió a la habitación y se sentó al borde de la cama intentando no perder la poca calma que tenía.

   Las manos le sudaban y si antes su corazón palpitaba alterado ahora sentía que en cualquier momento podría darle un ataque.

   — Debió haber salido afuera un momento a caminar mientras estaba dormido, ¿no? Quizás ya vuelve y yo me estoy desesperando por nada.

   Forzó una sonrisa sabiendo que era una patética excusa pero debía convencerse de que ella estaba bien y en cualquier momento la vería.

   Sus intentos por no perder la calma se fueron al caño al ver un sobre con su nombre en el buró al lado de la cama.

   — Mierda.

    Ahora con mayor razón tranquilizarse se volvió imposible.

   Vio ese sobre como quien ve una serpiente frente a sus pies apunto de morderlo.


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   El momento había llegado, ahora, después de días de tormento, preocupaciones e inseguridad, por fin acabaría con este enredo.

   Hacía diez minutos que bajó del taxi para recorrer los últimos metros que faltaban para llegar al punto de reunión caminando; una bufanda cubría la mitad de su rostro y mantenía sus manos en los bolsillos de su abrigo, por alguna razón el viento soplaba con fuerza esta noche.

   — Espero que aparezca pronto, aunque sería mejor si no lo hicieran.

   Decía debatiéndose mentalmente cuál de las dos sería la mejor opción. Antes de darse cuenta una silueta de una persona parecía acercarse a donde se encontraba con una increíble calma.

𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐞𝐫𝐞́  |𝐄𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora