Capítulo 18

1.3K 131 37
                                    

— Yo también te extraño muchísimo, mamá... Te prometo que muy pronto volveré a estar contigo.
Una sonrisa se dibujó en el rostro del chico, sintiéndose mucho mejor al oír la voz de su madre.
— ¿Te sientes mejor?
— Sí, cariño... La nueva medicación que me está consiguiendo Jae al menos logra que el dolor sea mucho menos —dijo ella, y la verdad era que su hijo le notaba un mejor tono de voz.
— Eso me hace muy feliz.
— Gracias, hijo. Todo esto es gracias a ti... Siempre estás cuidando de mí cuando debería ser yo quien que cuidara de ti...
— Mamá... No empieces con eso... Yo estoy bien mientras tú lo estés también, no te preocupes tanto.
— Está bien, hijo... —La mujer trató de no seguir con aquel sentimiento de culpa que siempre solía salir a flote. Por mucho que a ella le gustaría ser la que cuidase de su Jeongguk, la vida había elegido otro destino para ella, impidiéndole eso último— Me alegra al menos que ahora hayas podido conseguir un buen trabajo en el que te ofrezcan un salario mucho más ajustable a lo que haces, cielo. ¿Te está yendo bien con los chicos a los que tienes que cuidar? ¿Qué edades tienen?

Jeon Jeongguk no supo bien cómo responder a aquello. A pesar de que a primera vista ese fuese el mejor trabajo que había conseguido hasta ahora, aquella casa era una gran mentira disfrazada de color de rosa. Su madre no podía saber que él no estaba a gusto en aquel lugar, no quería darle más disgustos de lo que ella misma ya tiene por lo que accedió a decir todas las mentiras posibles.

— Muy bien, mamá... Son unos chicos muy amables y me ayudan mucho... Tienen varias edades, pero son todos tiernos y dulces conmigo... No tienes nada de lo que preocuparte.
— Eso me alegra, hijo mío. Si alguna vez necesitas lo que sea, llama a Jaehyung, a partir de ahora podrá atender más al teléfono ya que esta medicina consigue mantenerme con más vitalidad y soy capaz de hacer más cosas por mí misma.
— Claro, lo haré...

Madre e hijo siguieron hablando por dos cortas horas para ambos.
Jeongguk no quería cortar la llamada, pero al ver que quedaban dos minutos para que se hicieran las dos horas, no pudo evitar correr un poco a la hora de despedirse con la excusa de que era tarde y debía dormir para al día siguiente levantarse temprano para seguir con su trabajo, disculpándose con su mayor y diciéndole que pronto volverán a llamarse y contarse más cosas de sus días.
Soltó un largo suspiro cuando cortó la llamada, sintiéndose aliviado de que Yoongi no hubiese aparecido antes de haber colgado.
Su corazón se había llenado de energía positiva al haber escuchado a su madre tan bien, parecía que se sentía bastante mejor y quería mandarle un mensaje a la persona que había hecho eso posible en los anteriores días para agradecerle por cuidarla en su ausencia.
Los dos hermanos Kim aparecieron de nuevo tras la puerta, cerrando ésta después de haber entrado.

— ¿Y bien? ¿Qué tal tu madre?

A Jeongguk le impresionó que Namjoon le hubiese preguntado sobre aquello, que lo hubiese hecho no lo hacía quedar como alguien que era buena persona, pero aun así él no tenía la necesidad de preocuparse por algo como aquello y, sin embargo, pronunció aquellas palabras.

— Parece estar mejor, gracias.

Yoongi lo miró en silencio y ambos se acercaron al menor para sentarse con él en la cama.

— ¿Empezamos entonces?

El menor en edad asintió al de piel pálida y comenzó a hacer el amago de quitarse la camiseta.
Yoongi lo detuvo unos segundos.

— ¿Qué clase de enfermedad tiene tu madre?
— ¿Por qué me pregunta eso, hyung? Ya me ha dejado muy claro que no le importa nada que tenga que ver conmigo o mi vida personal.
— Es pura curiosidad.

El más joven bajó la mirada y asintió en silencio.

— Anemia falciforme.

Kim Yoongi no conocía esa enfermedad, por lo que no sabía qué clase de consecuencias tenía ésta.

— ¿Es dolorosa?
— En mi casa nunca hemos podido obtener toda la medicación que ella debería tomar, por lo que sin ellas sí se vuelve una enfermedad dolorosa.

Jeongguk se sentía un extrañado por el repentino interés del mayor, tanto que no era capaz de quitar sus ojos de él.
El de los cabellos teñidos de verde rió sin ganas para a continuación volver a dirigirse al menor.

— ¿Es por eso que harías cualquier cosa, cierto?
— Sí, hyung —afirmó—. Haría cualquier cosa por mi madre.

Aunque no lo mostró frente a los otros dos, esa frase que fue pronunciada por Jeon quedó grabada en su mente por el resto de ese día.

— Entonces serás un buen chico...

«❦ ❦ ❦»

— ¿Yoongi? ¿Me estás oyendo?

El nombrado volvió a la realidad en el momento que su hermano Namjoon volvió a llamarle la atención.

— Perdona, Nam —se disculpó y su hermano estaba bastante impresionado por el detalle—, estoy algo distraído hoy.

El más alto de los dos sonrió imaginando la razón por la que su hermano estaba tan ausente.

— Supongo que no puedes sacarte de la cabeza lo que sucedió anoche con Jeongguk... Ese niño es tan increíble cómo me habías dicho.
— Sabes que yo nunca miento.
— Lo sé, pero no esperaba que fuese a sentirse tan bien tener la polla metida en él. Pienso que realmente tienes razón cuando dijiste que se dejaría hacer cualquier cosa, creo que incluso podríamos probar con él cualquier fetiche que tengamos en nuestras cabezas, nos puede ser muy útil este niño.
— Sí, eso pensé yo también —dijo mirando a su hermano con más atención ahora—, pero como sabes tengo un trato con él y si él me dijera que no quiere que se la metas más, yo tendré que impedírtelo.
— Vamos, Yoongi, no tienes que cumplir sí o sí. Al fin y al cabo nosotros somos los que mandamos, no él. Puedes disfrutar de tener el poder que él no tiene.

De alguna manera, las palabras de su hermano no le sentaron del todo bien. Claro que sabía que tenía razón y que podía aprovecharse, incluso más de lo que lo hace, del menor, pero seguía sin poder borrar las palabras que el chico pronunció la noche anterior y, en cierto modo, algo le decía que no debía llegar a tales extremos, que si todos sus hermanos terminaban abusando de aquel niño como lo estaban haciendo ellos, ese chico acabaría bien jodido de la cabeza, y aunque eso no debía importarle lo más mínimo en cierto estaba empezando a hacerlo.

— Sí... —respondió no muy seguro— Tienes razón.

«❦ ❦ ❦»

Todos los hermanos se encontraban en espacioso salón de estar dónde unos veían la televisión mientras descansaban sus cuerpos sobre los sofás mientras que a otros les había apetecido merendar algo dulce que Jeongguk les había preparado.
Taehyung estaba disfrutando de su brownie al mismo tiempo se dedicaba a observar al menor en silencio.
Le habían comprado un delantal que le quedaba demasiado tierno puesto.
Sus hermanos habían tenido ese detalle con el más pequeño y aunque Tae no entendió que hubieran hecho algo bueno por él, agradecía en silencio que su imagen se viera ahora incluso más bella que antes.
Estaba tan absorto en el castaño que ni siquiera vio a su segundo hermano mayor pasando por un lado de él hasta que se detuvo por unos segundos al lado de Jeongguk para luego desaparecer de allí dejando al maknae con una expresión un tanto extraña.
¿Qué sucedía allí?
No tenía ni idea, pero pensaba averigüarlo.

Living in a beautiful sin [Gguk Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora