Capítulo 12

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"Ahora ven aquí, chico lindo. Ahora eres tú quien debe darme algo a cambio"

Su cuerpo reaccionaba a cada cosa que el mayor le estaba diciendo, sin darse cuenta de que estaba siendo guiado hasta la cama de Kim Yoongi y tumbado por éste sobre la superficie cómoda del colchón.

"Oh... No tengas miedo" Lo vio sonreír. "Vas a disfrutarlo mucho... Créeme"

Jeon Jeongguk había quedado gravemente traumatizado por lo que pasó con el chico de pelo verde.

Finalmente había salido de aquella habitación y ahora se encontraba parado frente a la puerta cerrada de esta, no pudiendo procesar lo sucedido. ¡Había tenido sexo con Kim Yoongi! ¡Sexo no consentido! O al menos no del todo, porque aquello no fue un trato real, sino un chantaje mezclado con una amenaza.

Las manos, y todo el cuerpo de Jeon, estaban sudando mientras seguía allí fuera contra la puerta cerrada del mayor. No podía moverse. No sentía su cuerpo como suyo y no era capaz de organizar todos los pensamientos que inundaban en su mente.

Sólo era capaz de ver una y otra vez cómo las fuertes manos de Yoongi se deshacían de su ropa, dejándola caer al suelo sin que sus ojos apartaran la vista de él ni un instante.

En su cabeza, el mayor aún estaba separando sus piernas, para colocarse entre ellas, exponiéndole todo su cuerpo a él.

"He cambiado de opinión" se retractó el menor en un momento de histeria. No quería hacer aquello, tenía miedo, mucho miedo y quería escapar de allí y volver a su casa.

Ya encontraría otro trabajo en el que ganase algo aunque fuese una miseria.

"Si te vas ahora, me encargaré de que nada de lo que llevas trabajado con nosotros te sea pagado" Fue lo que el de más edad le dijo en cuanto Jeongguk mencionó la idea de irse. Otra amenaza.

Los ojos del chico comenzaron a aguarse sin ser capaz de tomar la decisión más acertada. Su madre necesitaba el dinero. No era como si se pudiese permitir que esos días allí hubiesen sido una pérdida de tiempo.

Necesitaba el dinero y se odiaba por ser alguien tan insignificante en esa vida como para no poder reunir la cantidad que necesitaba por su cuenta.

Jeongguk era totalmente consciente de que si se despedía de aquel trabajo, podría llevarle incluso más de dos años en reunir dicha cantidad con el dinero de mierda que solían pagarle por trabajos que nadie quería o en trabajos que lo llamaban aprovechándose de gente como él para pagarle dos míseras monedas. Más de dos años, quizás demasiado tarde para ambos.

"Me alegra saber que has entrado en razón" Su voz volvió a hacerlo entrar en pánico, encontrándose de nuevo con aquella repulsiva escena. "Te dolerá un poco, pero pasará rápido..."

— ¡Ah! —El cuerpo del menor se sobresaltó cuando sintió una mano ajena tocarlo.

El hombre que había estado llamándolo preocupado por la imagen del menor envuelto en sudor y paralizado de aquella manera frente a la puerta de madera de la habitación del segundo mayor de los Kim.

Se apartó un poco del delgado cuerpo ajeno y se vio animado a volver a acercarse cuando los ojos del más pequeño lo miraron llenos de miedo.

— ¿Estás bien, Jeongguk? ¿Qué haces frente a la puerta de mi hermano?

— N-nada. —respondió de inmediato sin poder calmar su estado de nervios comenzando a mover sus pies alejándose de aquella zona y por consecuente de Jin, quien lo siguió a pasos rápidos dispuestos a averiguar qué le sucedía a ese niño.

— Jeongguk, detente —intentó llamar su atención, pero el menor siguió caminando en dirección a la que era su habitación allí. Necesitaba un lugar de confort donde sentirse algo más protegido o, al menos, donde poder descansar un poco su mente y poder organizar sus pensamientos—. ¿Pasó algo con Yoongi? ¿Te habló de malas maneras?

— No, hyung. No ocurrió nada. Estoy bien, déjelo.

El mayor de la casa fue a interrumpirle para seguir insistiendo en que podía contarle lo que fuera que había sucedido, que podía confiar en él, al fin y al cabo él era quien más peleaba con Yoongi y podía entender lo estúpido y cruel que podía ser su hermano a veces, pero entonces los ojos de Gguk, en un intento de mirar a Jin a la cara, se encontraron con la figura de cierta persona a la que no quería ver que se acercaba a ellos.

— ¿Qué es este barullo? Se os escucha desde el salón.

Jimin vio al chico de cabellos castaños entrar despavorido en su cuarto sin poder evitar dibujar una media sonrisa en su rostro, que fue borrada en el instante en el que su hermano mayor lo miró a la cara.

— ¿Qué le pasa? —se encogió de hombros el chico de ojos más rasgados— ¿A qué ha venido esa reacción de esconderse? —preguntó como si él no supiese porque Jeongguk había huido de él.

— No lo sé —respondió Jin—. Lo he encontrado apoyado contra la puerta de la habitación de Yoongi con la cara descompuesta, lo cual me hizo pensar en que seguramente nuestro hermano lo había tratado mal y...

— ¿Yoongi? —se preguntó más a sí mismo que al chico que tenía frente a él— ¿Qué coño hacía allí?

— Bueno —continuó el mayor—, no es muy difícil de adivinar. Lo más probable es que quisiera jugar con él y divertirse un poco. —dijo tan normal sin asociar esa forma en la que se estaba expresando a nada sexual, cosa que Jimin sí hizo sin poder evitarlo.

Jin rió mientras decía algo más, pero su hermano ya había perdido el poco interés que tenía en escucharlo. Aquello de Yoongi queriendo "jugar" con el más pequeño lo hacía imaginar un sinfín de cosas que lo hacían sentir molesto por alguna extraña razón.

— Hablaré con él —interrumpió sin más el menor—. Vete y luego te cuento —dijo manteniendo la compostura, e incluso llegó a mostrarle una media sonrisa que estaba bastante lejos de ser sincera pero que podía hasta verse como una, pero el mayor estaba tan inmerso en la puerta cerrada frente a ellos que ni siquiera pudo notar la falsedad en el rostro ajeno.

— Seguro que le saco algo de lo que podamos reírnos más tarde —habló con maldad y ambos chicos sonrieron entre ellos para acto seguido dejar al más pequeño allí—. Jeongguk —pronunció su nombre con extrema claridad de manera autoritaria mientras el chico de cabellos castaños se hallaba recluido tras la puerta, sintiendo miedo de que pudiera abrirla.

— ¿Jeonggukie? —volvió a abrir la boca y justo después sonrió— Oh, vamos, pequeño. Tu habitación es la única en toda la casa que no tiene seguro. ¿De verdad quieres que entre por las malas? —siguió manteniendo la misma expresión en el rostro— Sé un buen chico y recibe a tu hyung como es debido.

"Hyung, váyase" Quiso decir, pero rehusó a rogarle, ya que ni siquiera aquello serviría para que lo dejase en paz.

— ¿M-me hará daño? —preguntó sin embargo sabiendo perfectamente que podía mentirle sin ningún problema.

— Déjame entrar y hablamos. —respondió evadiendo la pregunta y, sin muchas más opciones, el menor se apartó y abrió la puerta mostrándole al mayor la grata imagen de alguien completamente destruido. 

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I'm really sorry! De verdad no esperaba llegar a tardar tantísimo en subir un nuevo capítulo. Finalmente estoy de vacaciones y espero que ahora que tengo más tiempo pueda escribir mucho más y actualizar mucho más a menudo.

Si necesitáis decirme lo que sea de alguna historia o cualquier otra cosa, no dudéis en decírmelo. Sois bienvenidos a lo que sea.

Mil gracias por ser los mejores lectores que se pueda tener. ><

Living in a beautiful sin [Gguk Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora