Capítulo 11

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Los ojos ajenos se encontraron de nuevo con los del mayor y se limitó a pestañear varias veces frente a él sin nada qué decir.

Sus dedos se movían nerviosos sobre la tela de aquel trapo, deseando interiormente que Yoongi desapareciera de allí lo antes posible y poder seguir con su trabajo.

— S-si necesita algo de mí, p-puede decírmelo, hyung.

El de ojos más pequeños lo miraba con atención queriendo dibujar una traviesa sonrisa pero fallando en el intento, quedando su cara seria de siempre. Esa que sus hermanos comparaban a menudo con la de un peligroso asesino.

— Oh —respondió al fin sin dejar de ver todo lo que el menor hacía percatándose de su estado de nerviosismo—, claro —Esta vez aquella sonrisa sí salió a flote pero disfrazada de amabilidad. Todo lo contrario de lo que realmente significaba—. Necesito de tu ayuda, Jeonggukie.

Su nombre dicho de aquella forma algo más infantil, le causó escalofríos al más joven.

El cuerpo del menor se giró del todo para atender a su hyung y lo miró con ojitos de cordero.

— ¿E-en qué podría ayudarlo, Y-Yoongi hyung?

Al mayor le excitaron esas palabras dichas con aquella inocente carita llena de sumisión.

Se preguntó si podría controlar su cuerpo y ser precavido. Lo dudó bastante pero no le importó lo más mínimo.

— Oh, cierto —habló saliendo de sus sucios pensamientos mostrándole una agradable sonrisa al menor—. Necesito ayuda en mi habitación. ¿Vienes?

El chico de pelo teñido dio un paso al frente y miró al más pequeño esperando que éste lo siguiera.

Jeongguk no supo si aquella sonrisa era linda o tenebrosa, aún así siguió los pasos del mayor deseando terminar con su trabajo y poder dedicar su tiempo a estar relajado en su habitación pudiendo pensar con claridad.

No tardaron en llegar frente a la puerta de la habitación, la cual el de mayor edad abrió dejando pasar a Gguk al interior.

El joven de cabellos castaños echó un vistazo a su alrededor extrañado al ver un cuarto tan ordenado y limpio como el que poseía el mayor.

Gguk se giró en busca del rostro ajeno, encontrándose con el mayor cerrando la puerta con pestillo.

El más joven quiso preguntar con que necesitaba que le ayudase pero, tras ver aquella escena, se le cortó el habla sintiéndose ahogado en el momento. Eso lo había asustado.

Los pasos de Kim Yoongi lograron que el corazón del castaño latiese velozmente por el terror que se escondía en su cuerpo.

Por instinto, sus pies se movieron en dirección contraria al mayor, causando que este riera divertido.

— No tengas miedo, bonito —Oír su voz sólo conseguía asustarlo más—. Prometo ser gentil si es tu primera vez...

Notó todo su cuerpo alarmarse por las palabras recientemente pronunciadas. Sin embargo, este no hacían nada por luchar. Se había quedado congelado en el sitio.

¡¿Pero es que todos los hermanos Kim estaban igual de perturbados o qué?! Fue su pensamiento principal. No podía ser que cada uno de ellos fuese a intentar aprovecharse de él, ¿verdad?

Pudo ver la mano de Yoongi acercarse a su mentón y su reacción fue apartarla de un manotazo.

— No me toque —habló sin olvidar dirigirse a él con respeto—. Ya estoy cansado de esto —Su ceño estaba parcialmente fruncido dando a mostrar enfado en su rostro, pero el mayor pudo palpar el miedo en sus ojos que intentaba ocultar en sus palabras—. No volveréis a tocarme.

Living in a beautiful sin [Gguk Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora