"Episode II"

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Al conducir por las estrechas calles del campo, infinidades cosas llegan a mi mente. Siempre que conduzco es así, pienso en donde comencé, donde he llegado, quien era y quien soy. Sinfín de momentos, y cosas de las cuales siento que debo preocuparme más a futuro.

En fin, justo ahora pienso en mí, en mi familia y en la familia que formaré algún día con mi mejor amigo. Los Avery y Sloan no es que sean tan unidos, sé que Hades le ha comprado varias propiedades a mi familia, pero, fuera de eso, no tienen ninguna relación estrecha.

Conocí a Eros cuando ingresé a la universidad, una de las mejores universidades del país, yo ingresé con una beca y él obviamente es alguien prácticamente millonario. Al conocernos me caía extremadamente mal. Era como un grano en el trasero. Hasta que nos tocó una clase juntos y ahí él se acercó, jamás imaginé que lo haría, él parecía alguien bastante presumido, además de que estaba bastante adelantado en su carrera, ya que sí, es mayor que yo, yo tengo 28 años mientras que Eros tiene 30, y su carrera era mucho más extensa que la mía.

Eros estudió la licenciatura en Derecho, mientras que yo estudié Literatura. Mientras estudiaba, también trabajaba. Y gracias a Eros, la herencia de mi padre y a lo tanto que ahorré, pude abrir mi empresa, la que tanto soñé, una editorial; Sloan Casa Editorial. Otro de mis tantos sueños.

Pues, siguiendo con el tema, Eros y yo construimos una gran amistad que ha perseverado a través de los años, por ello, nos convertimos en mejores amigos, en confidentes y compañeros. Siempre está para mí como yo para él.

Al llegar a la hacienda Avery, los guardias abren las puertas y yo entro, estaciono el auto y voy donde me indica uno de los escoltas, el patio trasero, el cual es bastante extenso. Camino por un camino de rocas mientras observo el paisaje, todo en esta hacienda es hermoso, parece de un cuento de hadas y por ello, me encanta esta hacienda, he venido unas cuantas veces con Eros.

En cuanto ya he llegado al patio trasero, observo la piscina con la boca abierta, está repleta de pétalos de rosas, rosas rojas. Mis favoritas. Hay un camino de pétalos y velas que llega hasta una mesa en el centro de la piscina, esta tiene un cristal. La mesa está perfectamente decorada, velas, pétalos, copas y champagne, a su lado está mi prometido.

Eros luce perfecto en su traje oscuro. Eros Avery es el prototipo de chico perfecto, más bien, es el chico perfecto y deseable de cualquier mujer. Tiene un físico y atractivo que atraería a cualquiera. Físicamente es fuerte, bastante alto, piel canela, rostro ovalado, pelo negro y corto, ojos claros, verdosos para ser exactos, labios perfectos, barba afeitada, unas pecas que lo hacen ver fascinante, como dije, es perfecto a la vista. Y digamos que lo es en todos los sentidos.

En referente al aspecto físico Eros y yo somos diferentes, aunque eso es lo de menos para mí. Mi piel es blanca, pelo rojizo un poco más debajo de los hombros, soy bajita, mucho más que Eros, y mis ojos son café claros. No me puedo quejar de mi cuerpo en verdad; soy delgada por naturaleza y tengo mis atributos. 

—Esto parece una cita. — me burlo mientras me acerco a Eros.

Al llegar a su lado beso su mejilla para luego fundirnos en un abrazo, él se ríe.

—Es una cita, futura esposa mía. — se burla.

Me carcajeo.

—¿Por qué? — cuestiono mientras tomo asiento donde Eros me ofrece, él se sienta frente a mí.

—Porque no podemos iniciar un matrimonio sin haber tenido citas. — dice sonriente.

—Entonces, ¿Tendremos un noviazgo y citas por un mes hasta el día de la boda? – inquiero.

Punto ciego (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora