"Episode VIII"

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Siento el enorme nudo crecer en mi garganta, las lágrimas amenazan con salir, pero las detengo. Quiero gritar, llorar y... desvanecerme. Pero a la vez, no quiero hacerlo. Estar frente a la tumba de mi padre no es algo nuevo para mí, al contrario, vengo cada que puedo. Pero, después de leer esas palabras en ese artículo, de recordar la faceta que más odiaba de mi padre, me han puesto de tal manera que... no me reconozco a mí misma.

No sé si el matrimonio de mis padres fue un arreglo, no sé si ellos se querían, no sé mucho. Recuerdo pocos momentos en los que los vi a ambos felices, juntos. Frente a las cámaras y frente a mí, siempre estaban sonriendo, felices. Pero cuando nadie los miraba, al menos, cuando creían que nadie los miraba, eran irreconocibles para mí.

—Lili, ¿Quieres hablar del artículo, de lo que dijiste en mi oficina? — cuestiona Eros a mi lado.

Ambos nos mantenemos uno al lado del otro, yo observando fijamente la tumba de mi padre. Mi padre, como lo mencionaba el articulo ese, fue un filántropo, escritor y director de cine. Mi padre vivía por los demás, era un hombre extremadamente generoso, siempre ayudaba a los demás. Escribía, siempre lo hacía. Llegó a publicar varios libros, libros que hoy, son famosos.

De hecho, creo que, lo de escribir, lo saque de él, tengo una enorme pasión por la escritura y... tengo la viva certeza de que, es por mi padre. Y, también era director de cine, dirigió varias películas que hoy también son famosas, y que son las mejores de su época.

—Eros, tengo un nudo tan grande en mi interior que... que no sé cómo sacar esto que está dentro de mí. Esto que parece no querer abandonar mi interior y que no... que no sé cómo explicar. Sabes todo sobre mí, sabes la forma en la que me llevaba con mi padre, jamás te conté por qué y... creo que es hora de que lo sepas... porque yo... yo ya no puedo cargar con esto sola, Eros, no sé de qué manera hacerlo. — pronuncio con la voz ahogada.

—Sabes que aquí estoy para ti, y siempre estaré para ti, Lili. — murmura entrelazando nuestras manos.

Trago grueso.

—Cuando era niña mis padres se la pasaban peleando todo el tiempo. ellos creían que nadie los veía, que estaban solos y que... que yo dormía. Pero estaba ahí, Eros, escuchándolos destrozarse uno al otro. Siempre pensé que ellos no se amaban, que ellos estaban juntos solo por mí. Sus peleas eran cada vez más fuertes y yo... yo pensaba que mi padre tenía la culpa, que él... que tenía a otra o no sé. Por eso siempre huía de él. Cuando peleaban a solas, era como si no fueran mis padres, Eros, como si... dos personas completamente irreconocibles para mí sobrecogieran sus cuerpos. Por eso me afectó tanto leer ese artículo porque creo que ellos tienen razón en cuanto a lo de mis padres. —concluyo entre lágrimas.

Eros me abraza de costado y apoya su barbilla en mi cabeza mientras mueve su mano en mi espalda de manera reconfortante.

—Siento mucho que hayas tenido que atravesar esto, Lili. Daría lo que fuera por evitar que sufras. —

Sollozo.

—No, Eros. No hay nada... nada que se me presente con lo que yo no pueda. Soy Lilith Sloan, ¿No? — pronuncio entre hipidos de forma burlona.

Eros se pone frente a mí y limpia mis lágrimas.

—Por supuesto que sí. Eres Lilith Sloan, mi Lili. La mujer más fuerte que yo conozco. Y puedes con esto y con mucho más. — Eros sonríe, sacándome una sonrisa.

—Gracias. — susurro.

Eros enarca su ceja.

—¿Por qué? —

Punto ciego (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora