"Episode XV"

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Me miro en el gran espejo mientras que suspiro llena de nerviosismo, el día tan esperado ha llegado, el día que me causa tanta satisfacción, por así decirlo, casarme no es algo que hubiese hecho hace un mes atrás si no fuera por ese acuerdo, pero tengo que ser agradecida, ya que gracias a ese acuerdo me di cuenta de lo mucho que amo a Eros, a mi mejor amigo.

Desearía en este momento tener a mi padre conmigo, me arrepiento tanto de tantas cosas, ahora sé la razón por la que él y mi madre discutían tanto y la verdad es que, los comprendo. Aunque por supuesto, ni siquiera sé la razón como tal, solo sé que fue un problema con mis abuelos.

Decido dejar a un lado tantas preocupaciones, me concentro en observarme. Mi vestido es completamente hermoso. Es largo, bastante amplio, pero sencillo. No me gusta demasiado lo extravagante. Tiene encaje lo que le da un toque espectacular. El velo es enorme y mi pelo rojizo recogido se ve fascinante. Mi rostro ligeramente maquillado igual se ve bastante bien. Mi piel pálida brilla bajo la luz que entra por los enormes ventanales de la hacienda Sloan. Así es, la boda será celebrada en la hacienda de mi familia paterna y la celebración se llevará a cabo en la hacienda Avery.

Dos toques se escuchan en la puerta, tras un pase, la puerta se abre dejando ver a mis pelirrojos favoritos, bueno, después de mí. Artemisa y Zeus se ven perfectos. Artemisa tiene el vestido de dama; un vestido color vino tinto que se adhiere a la perfección a su cuerpo, su pelo recogido en un perfecto moño le da un toque simplemente espectacular.

Zeus luce un traje negro y su pelo hacia atrás le da un toque de chico malo, en verdad, aun así, se ve realmente tierno.

—Guau, prima, te ves hermosa. — pronuncia Zeus sonriente.

—Cierto, Lilith, te ves preciosa. — dice Artemisa.

Les sonrío a ambos.

—Gracias, chicos, ustedes también se ven hermosos. — les sonrío.

—¿Verdad que sí? Artemisa no para de decir que no me veo bien, pero está completamente ciega, me veo realmente majestuoso, ¿Verdad? —

Artemisa y yo nos carcajeamos.

—Sí, por supuesto. — pronuncio con cierto sarcasmo.

—Bueno, Lilith, ha llegado tu día. ¿Cómo te sientes? — cuestiona Artemisa posándose a mi lado.

—¿La verdad? Nerviosa y a la vez emocionada. Pero supongo que es normal. —

—Es normal, el día de la boda de papá me sentía igual. Y eso que yo no era la novia, así que te comprendo. — dice rápidamente Artemisa.

Asiento.

El padre de Artemisa y Zeus se casó por segunda vez, este y mi tía se divorciaron hace años y este contrajo matrimonio con una mujer que la verdad no tengo idea de quién es, fue algo super privado en lo que solo participaron mis primos, quienes ni fotos se tomaron, la verdad es que no soportan a la otra mujer.

Y los comprendo, también me sentía así al principio, Jael me caía mal, creía que quería remplazar a mi padre, pero jamás lo hizo y él mismo me lo demostró.

—¿Hay muchas personas? — cuestiono.

—Lo normal, Lilith. Casi todas las sillas están ocupadas. — pronuncia Zeus cruzado de brazos.

—¿Cuánto falta? — inquiero.

—15 minutos. — habla ahora Artemisa

La puerta se abre y por ella ingresa mi madre ya vestida. Esta lleva un vestido negro de mangas largas, el cual le queda perfecto.

Punto ciego (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora