Hiciste un nido

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Los padres del castaño y sus padres le miraban de reojo cada cierto tiempo poniéndolo más nervioso mientras la doctora revisaba a su omega en la habitación, ninguno de ellos había hecho las preguntas que seguramente tenían, tan solo lo miraban moverse de un lado a otro por la sala esperando a que le dejaran subir, después de que Joaquín se desmayó, lo llevaron a la enfermería mientras Elizabeth hablaba con su medico de toda la vida.

La enfermera de la escuela dijo que no debían preocuparse, que podía ser el estrés o que no había comido nada en toda la mañana, pero la madre del omega prefirió que le hicieran una revisión más completa, una vez Joaquín despertó la directora decidió que lo mejor era dejar el tema para otro día, citando a todos a primera hora del día siguiente. Ahora todos estaban en la casa de los Bondoni esperando a que la doctora les dijera que todo estaba bien, mientras el rizado lo único que quería era subir con el castaño para comprobar el mismo que fuera así.

―Emilio ¿por qué no nos habían dicho nada? ―Elizabeth alzó la voz haciendo la pregunta que el grupo de adultos descifraba como hacer, el joven alfa la miró inquieto, podía sentir el aroma de Joaquín cambiar cada tanto y la paciencia se le estaba terminando, lo único que quería era subir. ― ¿Fue un accidente, lo hicieron conscientemente...? ―Emilio pensó en esa noche, no podía llamarlo accidente cuando habían estado dando vueltas alrededor el uno del otro toda la fiesta, no eran sus primeros celos, sabían lo que podía pasar cuando subieron juntos en ese elevador. Pero tampoco podía decir que fue una decisión consciente, de haber estado en sus cinco sentidos quizás no lo hubieran hecho nunca.

Miró a los presentes uno a uno sin saber como explicar lo que paso, no quería contarles las reglas de Joaquín, de alguna forma hablar de ello aún se sentía como si revelará sus secretos.

―Bueno, lo revisé de pies a cabeza, está perfectamente. ―la doctora que bajaba por las escaleras con una sonrisa amable distrajo la atención de todos en la sala y el joven alfa antes de darse cuenta ya estaba de pie para ir a buscar a su omega. ―Todo parece indicar que el desmayo fue producto del estrés y que no ha comido nada desde el sábado. ―señaló una vez Elizabeth y Uberto la alcanzaron más tranquilos con lo que acababa de decir y agradecidos de que todo estuviera bien. ―No creo que necesite medicamentos de ningún tipo, revisé la marca como me pidieron y no hay nada de que preocuparse, si bien no sugiero que se unan siendo tan jóvenes, me alegra que el alfa de su hijo no haya sido agresivo al hacerla, a esa edad mi miedo más grande es lo bruscos que pueden llegar a ser, pero no hay ni una marca de que lo hayan forzado.

Emilio que se aferraba al filo de la escalera para no subir corriendo a ver a Joaquín, escuchó atentamente lo que la doctora tenía para decir, no había pensado en que pudiera haberlo lastimado, él nunca dijo que le hubiera hecho daño, pero se sintió bien al escucharla decir aquello.

―Entonces ¿no hay nada de lo que debamos preocuparnos? ―musitó Eli con una sonrisa dulce, Emilio la miró de reojo casi con una suplica de que le dejara ir arriba, cosa que Elizabeth encontró divertida, era el mismo niño que venía a preguntar si Joaquín podía ir a jugar a su casa.

―No, él estará bien. Me preocupe un poco cuando vi el nido en la cama, pero...

― ¿El qué? ―los adultos que sabían perfectamente lo que un nido podía significar miraron de vuelta al rizado que ni siquiera había meditado lo dicho por la doctora, su omega iba a dormirse sin él mimándolo y ya suficiente tenía con el fin de semana que habían tenido y la pelea de esa mañana. No quería seguir perdiendo el tiempo cuando habían dicho que estaba bien.

―Tranquilos, no es lo que parece, me contó lo de la cachorra de juguete y que su alfa está un poquito emocionado con ella, lo que Joaquín está experimentando es parecido a un embarazo psicológico, las emociones de ambos están conectadas ahora y cuidar un cachorro juntos es algo grande para un omega, aun cuando es de juguete. ―la madre del castaño asintió con un suspiró, no quería ni pensar en que ese par le fueran a dar nietos cuando ellos aún eran unos cachorros. ―Su alfa se encariño con la cachorra y él quería protegerla, eso es todo. Aunque debería advertirles que cuando les pidan el muñeco de vuelta, es probable que Joaquín se ponga algo agresivo al respecto.

Champagne ProblemsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora