❝私の声❞
▭𝓝𝓸 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓸𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓮 𝓮𝔁𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓾𝓷𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Solo por un accidente. Un pequeño accidente que le cobró toda una bonita infancia y crecer como alguien normal.
Su vida era una tortura, según ella. Pero...
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Los tres estaban reunidos en la sala, el rubio estando confundido. Su hija no paraba de temblar en su sitio y su mejor amigo pareciera que se le hubiera metido el demonio, teniendo sed de sangre.
—D–diganme. . . ¿Por qué están así?
—Maldito Akihiro. . . ¿¡POR QUÉ MIERDAS NO ME DIJISTE QUE ESA MUJER TE TORTURABA!?
Por impulso se levantó del mueble para ir con su amigo y tomarlo del cuello, pegando sus frentes causando un pequeño golpe en ellas.
—¡¿ES QUE ACASO NO PIENSAS EN TU HIJA?! ¡¡TENÍA CUCHILLOS!! —de tanta impotencia comenzaron a formarse lágrimas, sacudiendo al hombre— ¿¡Qué ganas con habertelo callado!?¿No se supone que te voy a ayudar. . .? —sus manos hechas puño cayeron en los hombros del rubio— ¿Qué clase de amigo soy si no pude ayudarte con eso. . .? Akihiro, estúpido. . . —tapó su rostro, dándole la espalda— Perdón, no me siento bien.
Se alejo de ellos para perderse entre las las escaleras; había ido a su habitación.
—. . . ¿Amor? —la menor esquivó su mirada. El de orbes violeta suspiró, no quería que su hija la viera de otra forma— Perdón por mentirte, pero no quería que te preocuparas.
—. . .¿Due. . .le?
—¿Eh?
El mayor se levantó del otro extremo del mueble para sentarse al lado de la pequeña, que su mirada violeta cayó en las de su padre.
—¿Te. . .Duelu?
Carcajeo, burlándose de la mala pronunciación de la menor. Acarició la cabellera de esta con delicadeza, mirándola con todo el amor del mundo.
—No bebé, ya no me duele nada.
Como pudo le regaló una sonrisa a su padre. Se sentía afortunada de tener a un progenitor así, y lo iba a cuidar muy bien cuando esté grande.
—Te. . . Amo.
—Yo también te amo, tesoro.
Besó su frente para abrazarla, se quedaron ahí en silencio. El mayor pensando que iba a hacer con su amigo y la menor ahora pensaba en los regalos que le daría a la chica que le gustaba.
El día terminó con la mención de la salida al restaurante. Su padre le entrego el permiso para que fuera junto con el dinero.
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