𝘼 𝘾𝙪𝙩𝙚 𝙊𝙧𝙖𝙣𝙜𝙚 𝘾𝙤𝙡𝙤𝙧 ━ Emma y tu

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Papá, por favor, no quiero volver—

—Lo siento  hija, perdón. Yo tampoco quiero volver, pero no hay opción. No quiero que tu mamá me demande por secuestro. —abrazó a la pequeña, sintiendo como su camisa se humedecía— Te voy proteger, no importa cuan grande sea el problema, mi niña.

Tenía miedo, los dos tenían miedo de volver a aquella casa, pero no pueden huir toda la vida. Dejó a que la rubia menor se cambiara para ir a la sala, donde estaba el de cabellera bicolor sentado en el mueble sintiéndose frustrado, se notaba demasiado.

—¿En serio vas a volver? —le preguntó una vez llegó.

—Sí. . . —tomó asiento a su lado— No podemos huir siempre de los problemas, Zeck.

—¡Pero no puedes resolverlo! Todo por el hecho de ser hombre. . .

—Tranquilo Andrés, estaré bien. —le regaló un gran sonrisa, que solo hizo que el contrario frunciera su ceño.

—¿Estar bien? ¿Es broma? ¡La vez anterior que veniste, casi te mueres estúpido! ¡Y LA VEZ ANTERIOR A ESA CASI PIERDES UN PUTO OJO!

—¡YA LO SÉ, MALDICIÓN!

Después de es grito, se quedaron unos segundos en silencio. El rubio ocultó su rostro en sus brazos mientras el de ojos verdes se quitó los lentes para sobar el puente de su nariz.

—Si algo me pasa, solo trata de salvar a mi hija, Zeck. Confío mucho en ti. —le pidió con su voz temblorosa.

—No digas eso, estúpido. ¿Por qué no denuncias a esa tipa? Tenemos muchas pruebas, además de que está el doctor. —comenta volviéndose a colocar sus lentes, cruzándose de brazos.

—Dime, Andrés, ¿desde cuando las mujeres se preocupan por nosotros? Ellas dicen que tienen más problemas que nosotros, pero cuando un hombre alza la voz para decir la verdad vienen ella a callarnos la boca porque según, "no sabemos lo que sufren" —hizo comillas con sus dedos— Y solo aceptan a los hombres homosexuales. ¿Donde está su igualdad o equidad como ellas decían? Piensan que las matan más a ellas cuando nosotros tenemos el porcentaje mayor. El día de la mujer se celebra, hay pancartas, entre otras cosas. En el día del hombre, ¿que hay? Nada. Si un hombre busca defenderse, inmediatamente lo declaran machista, opresor, etcétera.

—¡Eso qué tiene que ver!

—Nada, Zeck. Mi palabra es falsa para todos. Si mi esposa dice que la agredi, la violé, todo el mundo creerán su palabra, solo por el simple hecho de ser mujer. —un sollozo se escuchó de su parte, alarmando a su acompañante— Solo quiero que mi hija sea feliz y viva como alguien normal sin aguantar las agresiones de su madre. He querido tantas veces suicidarme, pero no puedo dejarla sola con ese monstruo.