❝私の声❞
▭𝓝𝓸 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓸𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓮 𝓮𝔁𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓾𝓷𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Solo por un accidente. Un pequeño accidente que le cobró toda una bonita infancia y crecer como alguien normal.
Su vida era una tortura, según ella. Pero...
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Han pasado dos meses.
En ese tiempo la rubia menor ha estado decaída, pero sus amigos la han ayudado a animarse. Extraña mucho a su padre, su presencia tan animada. El de cabellera bicolor ya no es el mismo, ahora es más callado y llevaba ojeras, su ropa desordenada al igual que su pelo. Se preocupaba por ella, pero estaba hecho un asco, él no se cuidaba desde que su padre se fué. Ha visto como pasa horas frente al computador teniendo muchos papeles a su alrededor. El caso de su padre apareció en noticias, y jóvenes feministas están protestando a que lo metan de una vez en la cárcel.
Las odio. . .
Su padre es inocente, nunca haría tal cosa. Él se preocupaba por su hija, ¿cómo podría hacer esas atrocidades? ¿Es que acaso no se daban cuenta de que envían a alguien inocente a la cárcel? Estaba tan frustrada, molesta. No dejaban de mirarla con lástima en el Instituto, hasta venían a ella personas que ni ha visto en su vida a disculparse y llorarles encima. ¿De qué lloran? ¿Acaso eso soluciona sus problemas, también los soluciona lanzándole miradas de lástima? Claro que no. Su grupo sentía tanto enojo, que casi no sonreían, pero si lo hacían era cuando estaban en un espacio para ellos, tratando de animar las cosas. Emma sin duda siempre lo logra.
Un día la tomaron desprevenida, una periodista le hizo varias preguntas respecto a como se sentía, o como pasaron los sucesos. Con lágrimas en sus ojos se marchó de ahí, pero logró algo que de verdad hirvió su sangre.
"Pobre niña, tener que aguantar todo eso. Debemos apoyarla, y mandar a ese monstruo a la cárcel"
Tenían muchas pruebas, sabía que era a su madre a quien se enfrenta. Tiene miedo, no quiere irse con ella, porque estaba en juego su custodia. Su vida está en peligro, el solo tenerla cerca suyo su mente gritaba muerte. Pero ese día, ese día todo su futuro está en juego. Con su grupo pidieron el permiso de retirarse más temprano para ir a la casa de cada quien donde se vestirían con algo formal.
Al estar en casa del de orbes esmeralda se dirigió a su habitación, sacando las prendas que usaría. Un baño rápido, se colocó una camiseta sin mangas y arriba de esta la sudadera amarillenta llegando a naranja que le regaló Emma. Se puso una falda de color blanco que llegaba dos centímetros más arriba de sus rodillas junto a unas zapatillas de color blanco con decoraciones doradas.
Al bajar encontró a su tío Zeck con su traje de trabajo puesto y bien peinado, pero sus ojeras seguían ahí, eso le preocupaba.
—Tío. . . ¿Nos vamos?
—Okay.
Salieron del hogar no sin antes cerrar la puerta con seguro para meterse en el auto, siendo este arrancado de forma inmediata. Dentro del auto, en el asiento del co-piloto se hallaba un portafolio que contenía los papeles y fotos de las evidencias.
