𝘼 𝘾𝙪𝙩𝙚 𝙊𝙧𝙖𝙣𝙜𝙚 𝘾𝙤𝙡𝙤𝙧 ━ Emma y tu

O2;;🌻

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—Oxigenada, salgamos.

Con un pequeño brinco, agarró su mano derecha para irse caminando a la puerta. Su ansiedad aumentaba a medida que llegaba a la entrada, y, sin darse cuenta, dejó de respirar para cuando salió unos centímetros. Nadie la miraba, los alumnos pasaban de largo teniendo charlas amenas, o ambientes muy enérgicos para su gusto. Un alivio la inundó, tal vez finalmente se liberó de todas las burlas.

—¡¡________!!

La nombrada buscó quien la llamaba, encontrándose con su compañera la de hebras naranja, quien corría rápido hacia su persona. Detrás de ella, un albino algo cansado tratando de estar a su par y un chico de cabellos oscuros con cara de quererse morir ahí mismo. Una vez llegó a la rubia, tomó sus manos con firmeza, acercándose a su rostro. Este acto hizo que se incomode, pero trató de disimularlo.

 —¡Acompáñanos a la cafetería! Tenemos que comer. Te ayudaré a pedir lo que quieras.

Su mirada violeta se fue detrás suya, queriendo tener la confirmación de su profesor. El adulto solamente asintió para dejar el sitio veloz, sorprendiendo a los jóvenes por la manera tan rápida que se fue, eso hizo que la expresión de Bernthal se ensombreciera. La de orbes esmeralda seguía esperando la respuesta de la ojos violeta, esta sin más asintió para luego ser llevada a jalones hacia la cafetería. Los dos chicos creían que iban a fallecer ahí mismo por la energía de su amiga, que corría de un lugar a otro sin parar.

Esquivando a los alumnos de manera ágil, llegaron a la cafetería dando también unos cuantos empujones. La peli naranja fue a pedir a las cocineras su comida, cuando iba a pedir también para su amiga, esta la detuvo con un tímido jalón de su camiseta, ganándose su mirada.

 —¿Qué pasa, _______?  —pregunta desconcertada. La de orbes violeta simplemente negó, no quería comer, aunque, tal vez si pueda comer una fruta. La soltó para señalar una naranja a la vista, haciendo que su acompañante captara lo que quería— Una naranja, y ehm. . . ¿Quieres una bebida? —le vuelve a preguntar, ella asintió. No quería dejar pasar el hecho de que le están regalando bebida gratis— Bien, entonces espérame un momento a que me den el almuerzo.

Se quitaron de la fila y se fueron a buscar una mesa vacía, encontraron una rápidamente la cual se ubicaba cerca de ellas. Fueron a tomar asiento, una vez en sus puestos la de antena comenzó a bombardearla de preguntas.

Esto es raro, ¿así inicia una extraña amistad? Me siento un poco incómoda. . .

—¿Cuántos años tienes, _______? —la mencionada mostró un diez con sus manos, para después mostrar un seis— ¿Dieciséis? ¡Tenemos la misma edad! ¿Qué cosas te gustan? —su acompañante de hebras amarillentas entró en pánico, pensó una manera de decirle hasta que llegó una idea a su mente. Llevó sus manos hacia su cabeza, para simular orejas— ¿Perro? — negó— ¿Gato? —la de orbes violeta sintió, sintiéndose alegre, hace mucho no se sentía tan bien hablando con alguien quien no fuera su padre. Las manos de Emma cayeron a la mes con emoción— ¡Wow! A mi también me gustan los gatos, ¿pero sabes cuál es mi animal favorito? ¡La jirafa!