❝私の声❞
▭𝓝𝓸 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓸𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓮 𝓮𝔁𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓾𝓷𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Solo por un accidente. Un pequeño accidente que le cobró toda una bonita infancia y crecer como alguien normal.
Su vida era una tortura, según ella. Pero...
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Desde hace años, los Fulsco se han adueñado y creado su propio dilema. Eso ha afectado fuertemente en la familia, sobre todo en la actual generación.
"Nosotras dominamos a los hombres."
Su vida en la adolescencia se ha basado en drogas, ¿para qué? Solo quería escapar de la realidad, esa realidad de que tenía que seguir esas malditas reglas de la casa. En la Universidad, conoció a ese joven rubio enamorado del Voleibol, quedó flechada, y para acercarse más él, dejó las drogas. Al poco tiempo de conocerse se hicieron amigos, y eventual, pareja. Logró tener una vida a su lado.
Esa vida “tranquila” que llevaba acabaría ese día, el día en que su hija se estaba ahogando.
—¡Hija!
Los vidrios de la ventana se rompieron, cayendo sobre una pequeña que solo bebía jugo tranquilamente sentada dibujando. La mayor no sabía que hacer, estaba al border del colapso por la desesperación.
—¡Querida, llama a la ambulancia y trae agua! ¡Rápido!
Dejó a cargo a su marido para adentrarse en la cocina en busca del teléfono. En mitad del lugar se detuvo, viendo aquel artefacto frente a ella.
¿Por qué debería? Me acaba de dar una orden. . . Un hombre no me puede ordenar.
Y ahí se quedó, con su mirada fija en el celular, como si estuviera en un trance. Estaba pensando que tal vez no hacia falta llamar al hospital, después de todo es solo un hielo y no puede matarla. Agarró un vaso para llenarlo con agua y volvió tranquila a la sala para encontrar un charco pequeño de sangre a unos metros de la rubia menor. Eso la asustó.
—¡Ya está llegando la ambulancia!
Duraron horas esperando hasta que el de ojos violeta se hartó y llamó pidiendo una ambulancia, llegando a los minutos. Unos días después estaban en que el doctor para dar con el informe final con la pequeña.
—Bien, necesitaré que mantengan la calma y apoyen mucho a su pequeña. He recopilado todo y llegué a una sola cosa. . . _____________ Bernthal no podrá hablar de nuevo. Lo lamento.
Los ojos violetas de la menor se llenaron de lágrimas inmediatamente, siendo seguida por su padre.
—Tranquila mi amor, papá esta aquí. —la apegó a él lo más que pudo, bajando lágrimas por sus mejillas teniendo la voz rota— P–papá está aquí. . .
La fémina mayor se levantó de su puesto mostrando indiferencia y se marchó del lugar, sorprendiendo a los presentes.
Volviendo a casa con caminata rápida, tomó el bus de regreso. En su mente solo habitaban en ese momento dos pensamientos, dos pensamientos donde daría paso a la tortura de esa familia. Y también, apareció de nuevo y con más intensidad la necesidad de consumir drogas.
