❝私の声❞
▭𝓝𝓸 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓸𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓮 𝓮𝔁𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓾𝓷𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Solo por un accidente. Un pequeño accidente que le cobró toda una bonita infancia y crecer como alguien normal.
Su vida era una tortura, según ella. Pero...
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—¡Jefe!
Llamó una voz a lo lejos. El rostro de Norman se desfiguró por completo, confundiendome. A mi lado, Ray y Emma hicieron una mueca de desagrado, quitándolas de inmediato para volver a poner sus expresiones habituales.
¿Por qué actúan así?
Nos dimos la vuelta para encontrarnos a una chica de cabellera castaña con un mechón morado, teniendo a los lados un chico que usaba tapa bocas y lentes. Otro que era robusto y uno pelado que usaba lentes de piel morena.
—¡Jefe!
—Chicos, ya dejen de decirme así. . . —pidió el albino, con una sonrisa avergonzada.
—Jefe, venimos a buscarlo para avisarle sobre la práctica de voleibol. —explica el de lentes, ajustándose estos.
—Emma, ayer te equivocaste de día. . . —acusó Ray con la mirada a la de orbes esmeralda.
—¿Lo siento? —la de hebras naranjas sacó su lengua, juguetona, mientras se rascaba la nuca.
Emma es infantil. . . Tierna y amable.
—¿A que hora es la práctica? —pregunta el albino, tomando una postura firme.
—Hoy la práctica es corta pero intensa, así que es al segundo receso. —responde el moreno.
—¡Nos vemos en la práctica, jefe! —exclamaron los dos restantes emocionados.
El chico que usaba tapa bocas se me quedó mirando, haciendo que me ocultara tras Emma rápidamente.
—Nos vemos luego, jefe. Solo habíamos venido a avisarle. –el de piel morena dió una reverencia junto con el de máscara para irse los cuatro lentamente del lugar.
—¿Vamos al patio? –propuso Norman.
—Esta bien.
La de hebras naranja me tomó del brazo para juntarlo con el suyo. Podía sentir como mi cara se calentaba un poco.
Caminamos tranquilos hacia el patio, lo cual me sorprende un poco ya que Emma es muy alborotada. Al llegar, nos sentamos en una banca y nos dedicamos a ver el paisaje.
El patio es, sin duda, grande. A lo lejos se veía la cancha de fútbol, y también a los alrededores había arbustos bien cuidados. Oh, también había un árbol inmenso cerca, rodeado de pasto que se veía limpio y las hojas del árbol daban sombra, transmitiendo un aura de tranquilidad inmensa aquel sitio.
Toqué el hombro de Ray, este apartó la vista del libro para verme.
—"¿Por qué no vamos a aquel árbol? " No me parece mala idea. —este se giró a ver al albino, quien asintió con una sonrisa en su rostro.
