❝私の声❞
▭𝓝𝓸 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓸𝓬𝓮𝓼 𝓼𝓮 𝓮𝔁𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓾𝓷𝓸 𝓼𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Solo por un accidente. Un pequeño accidente que le cobró toda una bonita infancia y crecer como alguien normal.
Su vida era una tortura, según ella. Pero...
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—¿Y se encuentra mejor?
—Sí, pero está durmiendo bastante. —soltó preocupada la de cabellera naranja.
—Debe ser porque siente mucho cansancio.
—¿La dejamos dormir?
—No, esa no es una opción. Los exámenes vienen pronto y debemos de estudiar.
El azabache se inclinó un poco para empezar a zarandear a la rubia, yace dormida de nuevo en el mueble. La fémina abrió sus ojos poco a poco, despertando repentinamente por tanto movimiento, encontrándose finalmente con las cabelleras del trío.
—Buenos días, oxigenada. Vamos a estudiar. —sonrió de lado el de ojos ónix.
Él salió de la cocina, hasta llegar hacia su hija quien miraba expectante esperando su llegada. Una vez lo hizo la cargó, regalándole una gran sonrisa.
—Volví pequeña. ¿Te encuentras bien, verdad?
—Papá. . . ¿Por qué tienes un golpe en la mejilla? ¿Por qué tienes raspones? ¿Y por qué también tienes una marca en el cuello?
—Shh. . . Mamá se va a enojar. No es nada querida, solo me he golpeado porque soy torpe y no miro por donde ando. —en la sala apareció aquella mujer, con una sonrisa impecable— Cuídate mucho, hay gente que quiere hacerte daño. —susurró lo último, antes de ir con la pequeña a la mesa y empezar a dibujar juntos.
—No entiendo. . .
Su labio inferior tembló—Ya lo entenderás. . .
Se levantó del mueble con sus cabellos revueltos, habían sido soltados por la de ojos verdes cuando despertó. Había recordado algo, supone que importante pero no entiende.
—"Vamos a estudiar antes de que se haga tarde" Cenaremos acá. Vamos a empezar por la más fácil. . .
—Matemáticas.
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