The Teacher «Finn Wolfhard»

Extra 6:

Capítulo 6:

Ashley despertó complacida, envuelta entre la deliciosa musculatura del pelinegro. Con los ojos entre abiertos, observó los vidrios empañados de la ventana, lindo detalle, producido por una sutil precipitación. La lluvia hacía que la mañana tuviera un aspecto más relajante, favoreciendo así, la plenitud de la ocasión.

Cerró los ojos por segunda vez, aún adherida a su pecho y siguió gozando la comodidad de la calidez de Finn. Algo en su interior se conmovió esplendorosamente, cuando escuchó el ritmo apacible de su respiración, coordinada con los latidos de su corazón. Él se transformó en su lugar favorito, le encantaba respirar su aroma y sentir sus caricias, no había nada mejor que eso.

Más tarde, el pelinegro presionó sus labios, en uno de los laterales de su frente. Después, poco a poco deslizó sus besos húmedos, sobre todo su rostro, mientras sus manos atesoraban la figura que le había robado la cordura. Ashley se estremeció a su merced, cubierta por el deseo, esperándolo con ansias. Aquellos mimos culminaron en sus labios.

—¿Cómo amaneciste?—Murmuró, derritiendo su boca en ella.  

—... Entre tus brazos— Respondió risueña, jugando en torno a su mandíbula. Fue muy ingeniosa, se las arregló y en menos de un segundo se montó encima del pelinegro, buscando una mejor posición para besarlo.

Finn cayó rendido ante su delicadeza y dulzura, pues ella era su debilidad más grande. Sus manos trazaron un recorrido alrededor de aquellas piernas desnudas, posteriormente se ciñeron a su cintura, la sedujo por medio del roce de sus dedos en su piel, obteniendo la oportunidad de dominar la situación.

—¿Princesa?... Tengo que llevarte a tu casa—Medio mencionó, a la mitad de una sesión de pequeñas mordeduras de labios.

Ashley se alejó rápidamente y puso los ojos en blanco.

—Róbame otra vez—Suplicó. Finn dejó salir una ligera risita.

—Ya te robé durante una noche— Comentó, volviéndose a adueñar de su boca. Al final ni el mismo prestó atención al: "Tengo que llevarte a tu casa".

—¡No es justo!... Yo me escapé sola— Reclamó en cuanto pudo librarse

—De acuerdo, escucha, esta tarde estaré presente en uno de los eventos de Jack. ¿Qué te parece si paso por ti y te llevo conmigo?... ¿Estarás feliz con eso?— La tomó del mentón y suavizó su expresión caprichosa.

—No. ¡Pero lo acepto!— La castaña mostró una radiante sonrisa dándole un último beso.

[...]

Ashley caminó lentamente sobre el piso de la sala. En días libres, Jaeden nunca se despertaba más temprano del mediodía. De cualquier forma, tenía que preparar su actuación para decir que pasó toda la noche en su casa, como toda una señorita con educación.

—¿De dónde vienes?— Preguntó la voz de su hermano desde la cocina.

—¡Santa mierda!—Susurró para sí misma —Ah, hola Jaeden, solo fuí a caminar por ahí— Mintió

—¿Desde cuándo caminas?— El de los ojos azules salió de la cocina con un tazón de cereal en las manos. Pero ni su comida impidió que dejara la conversación a medias.

—Desde mis once meses de vida— Respondió fingiendo tranquilidad. La misma tranquilidad con la que no engañó a nadie.

—No estoy jugando... ¿Con quién pasaste la noche?— Insistió  

—... ¡Con Finn!— Gritó resignada —Dormimos juntos. ¿Ya me puedo ir?

—Agradece que logré engañar a Ángela Teresa, se hubiera puesto paranoica. Y no necesitaba saber de más. Ahora mi mente está produciendo imágenes muy extrañas

Ashley frunció sus cejas y sin quitar su expresión caminó a su habitación.

Lyattinn