EXTRA

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Bueno ya se que tarde en subir un extra pero bueno espero que lo disfruten apesar de que no sea muy largo.
.....
- Amor tranquila, todo va a estar bien. Estoy con vos.
- Te amo.
- Yo más, vamos, llego el momento, estoy acá, me voy a quedar al lado tuyo. Te juro que todo va a salir bien.
- Gracias, te amo mucho, no se que haría sin vos.
- Cariño, no podemos hablar mucho.
- Si es verda....
- Bueno, señorita Marizza, ¿Lista?
- Si doctor.

La pusieron en una camilla y la entraron a la habitación, Pablo ya preparado pero bastante nervioso entro tras ellos.
Luego de unos minutos una pequeña bebe fue apoyada en el pecho de la chica, esta sonreía con dulzura, observaba a la beba con un amor impresionante, sus ojitos verdes, su mirada, su risita que parecía que era capaz de iluminar toda una habitación. Pablo se acercó y las observo a las dos chicas, sus dos amores.
Después de largos nueve meses por fin estaban viendo a su hija. Marizza había quedado embarazada después de cuatro meses de casados y esa noticia había sido hermosa e inesperada para ambos.
Marizza le hizo un gesto para que su esposo se animara y agarrara a la criatura en su brazos. Este lo hizo y con una hermosa sonrisa que dejaba ver su arruguitas a los costados, la sujeto tan suavemente y con cuidado, la veía tan pequeñita y indefensa que tenía miedo de lastimarla.

- Es hermosa.
- Si, se parece a vos.
- No Pabli, no ves que tiene tu carita.
- Pero estoy seguro que tu sonrisa y ojitos.
- Los amo.
- Yo también amor. — Respondió Pablo y luego le dio un beso en la frente a cada una.

Luego de darle el alta a Marizza los tres fueron a su casa para empezar una nueva etapa en su vida, tener un hijo no iba a ser fácil y no sabían que tenían que hacer pero lo iban a lograr, capaz se equivocarían pero iba a ser parte del aprendizaje de ser padres.
Isabella, la pequeña Bella iba a tener una hermosa infancia y crecimiento junto a Pablo y Marizza, ella también iba a tener que aprender a tenerles paciencia a sus papas, amarlos y quererlos por sobre todos los errores que cometieran.
......
Una semana fue el tiempo que pasaron para poder adaptarse los tres juntos, sin ver a nadie y no salir casi nada de su hogar.
Les dijeron a su familia que ya podían ir a visitar a Bella pero con mucho cuidado y tranquilidad.
Tocaron la puerta y Pablo se levantó del sillón en donde estaban el y su esposa, la bebe permanecía a su lado en la cuna.
Fue hasta la puerta y la abrió con cuidado dejando ver siete cabezitas y siete sonrisas.
Milagros y Olivia pasaron primeras y fueron despacito hasta el comedor, vieron a su sobrina y los ojos se les iluminaron, la cargaron unos segunditos porque les daba miedo, después se fueron a la cocina a preparar unos cafes mientras Mia y Manuel pasaban a ver a la beba, Mia fue la única que la cargo y le dio unos besitos tiernos ya que tanto Manuel como Lujan, Pilar y Tomas les daba cosita.

- ¿Como los lleva esto de ser papas? — Preguntó Olivia.
- Bien, excelente, Bella es hermosa, completamente... — Marizza no pudo terminar porque una lágrima se asomó por sus ojos. Pablo que estaba sentado al lado suyo la abrazó y le dio un beso corto en los labios.
- La verdad que mi sobrina es una potra. — Acoto Mia y todos soltaron una carcajada.
- Ysi, salió a mi. — Bromeo el padre.
- En realidad es una mezcla de los dos. — Milagros dijo sincera. La pareja le regalo una sonrisa.

....
Los días fueron pasando tranquilamente y con amor. Pablo se había tomado unos meses de trabajo para poder dar toda su atención en su esposa e hija. Aveces pasaban alguno de sus amigos a visitarlos y le traían regalos a Bella.
La pequeña lo único que hacia era reírse y hacer berrinche pero ellos iban y con un beso en la frente la calmaban. Pablo muchas veces le cantaba, habían descubierto que a ella le gustaba mucho la voz de su padre y lo disfrutaba.
La cuna estaba en su habitación pero igual ella ya tenía una habitación al lado de sus padres preparada para cuando sea un poco mas grande.
El cuarto era de un color rosita pastel y también algunas partes celeste, ya que no se decidían de que color pintar las paredes. Después tenia un placard donde estaba toda su ropita, una alfombra hermosa que ocupaba gran parte del piso y unas lucecitas en la pared.
....
Pablo y Marizza caminaban por la calle agarrados de la mano, estaban buscando una juguetería para poder comprarles algunos regalos a su hija que estaba por cumplir un año.
A Bella la habían dejado en la casa de sus tias Oli y Mili. Estas vivian juntas y amaban cuidarla.
Antes de doblar para la derecha y seguir el camino Pablo freno en seco con una pequeña sonrisa. Su esposa no comprendió hasta que lo vio agachado en el piso y con un cachorro en brazos, mientras le daba pequeñas caricias.
Se acerco a el y vio a un perrito blanquito y al lado una caja de madera.

- Amor mira que lindo, o linda, no se que es. — Pablo le hablo sin dejar de acariciarla y ahi fue cuando Marizza vio un brillo especial en sus ojos, parecido al que vio cuando Pablo sujeto por primera vez a su hija.
- Me parece que falta algo en nuestra familia.
- ¿Eh? ¿Que cosa?
- Cuatro patas y muchos pelos.
- ¿De verdad?
- Si amor, creo que podríamos darle hogar a esta belleza, ademas vos vez como se pone Bella cuando ve un perrito?
- Si, empieza a gritar de la alegría y lo acaricia.
- Salió al padre. — Dijo con una risita. — Bueno, aver a esta preciosura, ¿Que es? — La acaricio y pudo notar que era una hembra. — Perrita. — Ambos sonrieron.

Después de ir a la veterinaria, Pablo se quedo en la casa con la perrita mientras Marizza iba a buscar a su hija para llevarla a su hogar de vuelta.
Cuando la chica abrió la puerta pudo ver a su esposo sentado en los últimos escalones de la escalera y con la cachorra en brazos.
Bella hizo un berrinche para que la bajara. Lo hizo y esta gateando fue hasta su padre. Vio al perro y con sus brazos lo agarro y lo empezó a acariciar y la perrita le daba besos en la cara.

- ¿Como queres que se llame cariño? — Hablo Marizza con una voz tierna.
- Lala — Respondió la bebe y ambos se quedaron sorprendidos porque no esperaban que su hija hablara.
- Lala sera. — Pablo dijo con una enorme sonrisa.

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