Capítulo 10

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"—Ruby Jones se negó a hablar de lo sucedido con el joven Nick Ambroce y el motivo de su ruptura, simplemente declaró que era momento de disfrutar la vida buena y mirar hacia otros horizontes. El joven Nick, por su parte afirmó que fue decisión de ambos y que esperan continuar con la bonita amistad que tuvieron desde niños...

«Lamentablemente a veces las cosas no terminan como uno lo espera», finalizó el político.

Carajo.

Dejé el periódico en la mesa frunciendo el ceño, cada vez se me hacía más rara esta misteriosa "separación". En la vida de un político, empresario o quién fuese de apellido importante debe cumplirse lo que se le ordene y los Ambroce eran el claro ejemplo de eso. Maximiliano Ambroce pidió la mano de Ruby para Nick el día de su primer cumpleaños, era algo así como una ridícula tradición del siglo pasado, pero significaba mucho para las familias influyentes, eso era algo irrompible, sin importar nada. Aunque, a diferencia de su hermana y de lo trágico que también fue para el, Nick realmente amo a Ruby y ella a el, aún con sus demonios. Lo mismo iba a pasar con Peyton y Ryan, aunque para su mala suerte ellos siempre subestimaron a la pequeña Peyton, porque ella los sorprendió la noche donde iban a anunciar su compromiso, un mes antes de la boda de su hermano, Peyton los sorprendió
la noche donde el caos se desató.

Lo único rescatable de esa noche fue Ryan, el pobre Ryan sufrió tanto, porque el nunca ocultó sus sentimientos hacía ella aún sabiendo que no era correspondido y que quizás nunca lo sería se sacrificó por ella hasta el punto en que sí la verdad se sabe, podrían matarlo por traición. Pero nadie podía culparlo la verdad, porque Peyton más que una diosa a la que muchos envidiaban, cargaba con el peso de un terrible suceso que la volvió prácticamente igual que su padre. Los últimos tiempos ella fue igual a el.

Uy y sí que todavía me dan escalofríos cada que recuerdo estos... tiempos tan difíciles.

Esos tiempos que influyeron tanto en lo que hoy soy.

En como acabó ella.

Solté una gran cantidad de aire, por más que trataba de apaciguar mí curiosidad respecto a lo que pasó entre Ruby y Nick, no lo lograba, algo en mí emergía, algo desconocido que ansiaba saber lo que realmente pasó aunque no fuera de mí incumbencia.

—Uhhhh, ¿babeando por Nick Ambroce? —inquirió Jenna, con una sonrisita, venía hacia mí con un pequeño carrito en donde tenía todas sus cosas, ya se había desocupado.

Sonreí.

—Oh, vamos, es que quién no babearía por semejante galan, la verdad —obviamente yo no lo hacía, siempre marcando la diferencia, pero ella no tenía porque saberlo.

—Pues yo —mí amiga ensanchó la sonrisa—. Es decir, está muy bueno y todo, pero yo le voy a Ryan ¿o sea lo has visto?, madre mía.

Uy Jenna, he hecho mucho más que simplemente verlo...

No pude evitar la carcajada.

—¿Como sí fueran ellos a saber de simples mortales como nosotras?

—Obviamente sabrán de mí —se llevó una mano al mentón—. Me prometí ser la estilista en su boda, sacarme un chigon de fotos con el y luego presumirlo, que me vea y se de cuenta de lo que se perdió.

Me encantaba el autoestima que ella transmitía, no le importaba nada, que la criticaran, ofendieran o algo por el estilo. Ella simplemente disfrutaba ser ella y siempre encontraba la manera de callar a las personas.

Y yo en cambió, seguía afligida por un pasado que me impedía vivir en libertad y mortificada, también, por lo falsas que eran las personas con quién convivía.

Fugitiva [Pausado Indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora