Capítulo 2

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(Capítulo sin corrección previa,
disculpa las fallas)

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De niña mí madre se encargó de crearme un mundo perfecto, una fantasía que cubría la dolorosa realidad que vivía, su intención fue que yo tuviera una infancia inolvidable, hermosa. Uy, pero ella nunca me preparó para lo que vendría después.

Su partida me destrozó.

Mí mundo se derrumbó ese día, fue mi primer colapso. Entre el dolor y la desesperación, caí en una depresión terrible y mí tortura empezó.

Estába en la flor de la adolescencia, quería superarlo, ser quién nunca me permitieron, y empecé a ver a personas que no me aportaban nada, quienes solo me utilizaban para su propio beneficio.

Y a quienes nunca más volví a ver después de esa noche.

¿Pero que te puedo decir?

Yo solita me gané éste infierno.

Creí que podría confiar en una persona pero entonces, esa persona también me abandonó y no sólo eso, sino que se puso en mí contra y hasta el día de hoy sigue perturbandome.

Aunque hoy, después de casí tres años, solo sigue acechandome, sin cumplir su propósito inicial.

Matarme.

Pero..., ¿sabés?

Con el pasar del tiempo aprendí mucho, conseguí mucha seguridad, madure, crecí y me di cuenta de que a donde fuera, siempre habrían presonas buscandome, queriendo verme muerta porque después de todo el precio de mí cabeza era
muy alto. Me di cuenta de que la supervivencia sería mí día a día hasta que ya no pudiera más.

Tuve que aprender a vivir así.

Y llevarlo con calma.

Porque eso no era lo peor, tampoco era el miedo a que alguna persona me reconociera y entregara mí cabeza. No. Lo peor eran mís demonios, los internos, el pesar, la culpa y el tener que aceptar lo que me estába tocando vivir.

Cada que pienso en el pasado, recuerdo cuanto le rogue a mí madre para que volviera, cuanto pedí al cielo para que un día llegase. La juzgue, me molestaba tanto el que ella no me hubiera preparado para lo antes vendría, ella nunca me preparó para una vida sin ella, pero con el tiempo también entendí que ella no era la culpable de eso, ni de nada. ¿O que?, iba a ir a juzgarle por haberme dado la mejor infancia del mundo, por no haberme privado de nada y por haberme dejado conocer la libertad ¡por supuesto que no!, ella se merecía el mundo, porque hasta donde tuvo fuerzas luchó por mí hermano y por mí, porque no nos convirtieramos en los mismos monstruos que el hombre cuya sangre lamentablemente corre por mís venas.

Pero un día ella no pudo más, las fuerzas se le agotaron y partió.

Desgarrando así el primer pedazo de mí corazón. Y en el peor de mís momentos, descubrí que ella había vivido lo mismo que yo e incluso cosas peores, y a pesar de eso había seguido adelante tratando de evitar que yo pasara por lo mismo.

Me sentí como la peor decepción.

¿Cuan decepcionada habría estado ella de mí?, esa pregunta me rondaba constantemente, porque la verdad eso fuí. Y quise levantarme, después de la recaída también lo intenté, pero entonces pasó.

Fugitiva [Pausado Indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora