Fugitiva [Pausado Indefinidamente]

En algún lugar del mundo

Nota de la autora: antes que nada, quiero decirles que esto, no es un capítulo, más bien es un extra desde el punto de vista de otro personaje para que entiendan mejor la historia, porque yo sé que hasta ahora todo es muy confuso. Sinceramente no tenía un planeado hacer esto, pero siento que es justo y necesario para que estén preparados para lo que se viene.

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Ryan Cox.

Tomé una profunda cantidad de aire antes de tocar. De por sí, ya estába informado, del porque me habían citado allí, ella, todo giraba entorno a ella y el misterio de lo que realmente pasó ésa noche. Pero como ahora teníamos otro problema, debíamos adelantarnos y encontrar a la única persona que podía darnos toda las respuestas; lamentablemente Maximiliano le había puesto precio a su cabeza y se hacia cada vez más difícil seguirle el rastro.

Y su astucia dificultaba bastante mí trabajo.

—Buenos días —los saludé, una vez que me indicaron que podía pasar.

Me adentre en aquella sala poco común, jamás pensé que tendríamos una reunión de tal magnitud en este lugar. El señor Ambroce se encontraba en la cabeza de aquella mesa rectangular que ocupaba prácticamente todo el espacio. A su derecha se encontraba su secretaria, aquella pelirroja que conocía todos y cada uno de sus más oscuros secretos, ella era su mano derecha su mujer de confianza, porque sí, el señor Ambroce a pesar de todo lo que se oía, a pesar de todo el desprecio hacía el sexo femenino el no era idiota, sabía el potencial que tenían las mujeres y lo usaba a su favor. Especialmente después de ser traicionado por su propio hijo.

A su izquierda se encontraba una hermosa mujer de cabello negro, ojos celestes claros casí grises. Sus lentes le daban un porte intelectual y sensual. No tenía idea de quién era, nunca la había visto, pero su rostro no expresaba nada más que experiencia y seriedad. Me pregunté sí sería la nueva mujer del señor Ambroce, aunque se veía bastante joven, y el nunca había salido con una mujer de ese aspecto pues cuidaba bastante su imagen. Rápidamente descarte esa idea y simplemente me acerque, deseando que esto acanara pronto.

La pelirroja de ojos cafes me dedicó una tímida sonrisa de cómplice, dándome a entender que esta sería una intensa reunión.

Y teniendo en cuenta que ahora Nick estába fuera, yo era el único adentro y esto lo complicaba todo.

—Toma asiento Ryan. —ordenó, el señor Ambroce. A pesar de haber pasado ya mucho años a su lado, viviendo mucho incluso antes de comprometerme a Peyton, seguía teniéndole un inmenso miedo a este hombre, «carajo» de tan solo pensar en que el llegara a saber de la verdad, me hacía temer por mí cabeza.

—Llega tarde señor Cox—exclamó la pelinegra, con un deje de amargura en su voz. Su actitud me demostraba que no le temía ni un poco a Maximiliano y eso me hacía cuestionarme «¿quien era ella realmente? ¿Y por qué estába allí?» además sabía quién era yo—. Sabemos que es un hombre ocupado, pero nosotros también y no tenemos todo el tiempo del mundo.

—Sí, lo entiendo y me disculpo por ello —dije, al tiempo en que tomaba asiento en la otra cabeza de la mesa.

—Lo importante es que ya está aquí, querida —intervino Maximiliano—. Ryan, te presento a Abigail Solaker. Ella nos ayudará con la investigación, todo lo relacionado a mís hijos y a como tomar las cartas en el asunto.