Capítulo 15

16 4 67
                                    

Una foto...

Una maldita foto.

Mí corazón automáticamente empezó a palpitar con mayor intensidad, mí cuerpo se tensó y tuve que morderme el labio para no soltar un grito horrorizado que alertara a todos los presentes.

Esa foto.

¡Claro que era esa jodida foto!

¿Pero que coño hacía ahí, en mí cama?

No es que fuera malo, es una simple foto... las fotografías son solo eso pero joder, el recuerdo, el impacto que causó eso en mí cerebro era indescriptible, ¡ni siquiera soy capaz de expresarme bien!, el maldito flashback se hace presente y no logro evitar la lágrima.

Esa fotografía fue tomada el día que mí vida se arruinó.

Y también sé que luego de eso fue hecha trizas por ella.

Y es justamente eso lo que no entiendo, ¿como es posible que una única fotografía, la cual fue quemada en mi presencia horas después esté ahora intacta en mí cama?, y lo peor no es eso sino que la maldita foto fue tomada en los Ángeles, ¿como malditasea fue a parar en México? Y justamente en mí maldita habitación.

¿Que no le bastaba ya al destino con obligarme a padecer el peso de la conciencia y no permitirme recordar?

Con este jodido mal...

¿Cuanto más tendría que aguantar?

Ya estaba harta, harta de todo y no quería más, quería garantizar mí seguridad, mi futuro y mí bienestar tanto física como mentalmente y estos sucesos simplemente me están destruyendo. No quería recaer, no iba a recaer.

No me permitiría recaer.

Tomé la foto en mis manos con mucho cuidado, como sí fuera a hacerme algo ese horrible pedazo papel, y lo que más temía se hizo presente, joderrr... la porquería traía una nota a mano.

Con una caligrafía que conocía tan bien...

¿Hasta cuando?

Al borde del llanto me atreví a leer lo que el enfermo había escrito:

Disfruta tú cena mí princesa, aprovecha tú libertad, gozala pero ten en cuenta que te estoy vigilando y que cuando vaya por tí contaré todas y cada una de tus rebeldías.

Nunca olvides que eres mía,
así como un día ella también lo fue.

Pronto nos veremos princesa, espero que con el no uses el vestido verde.

Dun. Dun. Dun.

Mí corazón latía apresuradamente, mí rostro estaba empapado, la punzada en el pecho me asfixiaba hasta el punto en que me impedía el paso del aire, pero no. No. No. No. ¡Yo no necesitaba tener un jodido ataque de pánico ahora!, debía bajar junto a David, debía dejar de hiperventilar, debía normalizar mí respiración.

¡No podía morir!

Pero el maldito aire no llegaba.

Vamos Harika, ya has pasado por esto, hemos superado tanto, no dejes que esto te siga afligiendo.

Sabes que en todos y cada uno de mis logros te recordé Lara...

Uno...

Respira...

Hubiera querido tanto que estuvieras presente, tantas veces fuiste mí motivación, aunque no lo decía, eras un ejemplo para mí.

Fugitiva [Pausado Indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora