Scilliant

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Contrario al baile de nuestras almas sostenidas del pecado que amenaza con asfixiar nuestros corazones; se encuentra el sentido erótico de tal acción.

Que deba cometer bajo los ojos de la humanidad que nos odia por ser diferentes.

Somos entonces víctimas de la libertad, que devora la necesidad de amor que requerimos.

Nunca lo supimos, de habernos visto siendo nosotros en plenitud hubiera bailado para tí desde siempre.

Y si fueras para mí no cediera a mis pensamientos arrancarme la sonrisa del rostro, ni tus labios de los míos.

Parece que los violines cuentan nuestra historia melancólica y gris.

Solo fué un momento de cúspide en el que tus ojos me observaron directamente, me recordaste a Vienna.

Si bailara una noche más con tu espíritu me atrevería a darte un beso.

El resto me odiaría.
¿Deberia besarte con anhelo en frente de tu amante?.

Si el pecado me lleva consigo que sea por haberte amado, porque encajas perfecto en mi mundo y en mi deseo de libertad.

Y si me odian, que no sea en vano, aunque me encarcelen.

Que destruyan mi casa, mis sueños y apaguen la luz de mi día.

Si tan solo puedo tener el honor de besarte
¡Qué maravilla eres!.

Tienes miedo, al parecer de que me vean besando tus labios, no debería avergonzarte nuestro amor.

Si de existir pareciera, ojalá éstos ojos negros que nos observan me hicieran tanto placer como lo hacen los tuyos.

Debes darte cuenta de lo bien que mis manos moldean tu alma,
y que sostienen tu cuerpo cuando danzas, aunque solamente sea por ilusión.

Escucho un grito de muerte, mientras el telón baja me arrastras a la desgracia de tu desdén.

Y te encierras en tu mundo, que es ruinas en el alterno espacio del arte, donde eres como un tesoro eterno, luminiscente y hermoso.

Casi nos parecemos en mis sueños, en el vasto murmullo de tus suspiros cuando duermes sobre mi cuerpo.

Al despertar; son tus emociones quienes me odian atestiguando un suicidio inminente de mi parte.

Aún así, tu corazón nunca fué refugio para mis pesadillas.

Pero bailamos una vez más, en soledad nos encontramos destruyendo el universo a nuestro alrededor.

No quedó nada, ni siquiera el recuerdo de mi sonrisa, y nunca jamás tus ojos fueron grabados en las pinturas del altar.

Gaby Wilde

Poemas, Prosa y Pensamientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora