Inesperado Reencuentro y Visita Diabólica

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En la casa de la familia San Juan, todo se encontraba en un silencio algo tenso, Nando y Leo ponían a Toñita y a Dionisia sobre la cama con ayuda de Marcela.

Una vez que las acomodaron, los tres muchachos terminaron saliendo de la habitación y se dispusieron a discutir lo que iban a hacer con respecto al reto del Charro Negro.

-Y bien hermano, ¿que es lo que vamos a hacer? -pregunto Nando mientras el y Marcela estaban dispuestos a poner total atención a lo que fuera a decir Leo.

El joven ex-cazafantasmas se quedo en silencio por un momento, la verdad es que desde que perdió sus poderes, nunca se hubiera volver a pasar por eso esta vez.

Y era seguro de que esto podría llegar a ser su mas grande reto, y sin duda el mas complicado que le haya tocado tener en su vida.

-Bueno, la verdad es que esto sin duda va a llegar a ser mas complicado de lo que se ve a simple vista, así que voy a tener que escribir y mandar unas cartas. -dijo Leo con los ojos cerrados mientras tenia una mano en su barbilla.

-Se que tal vez la pregunta que haré va a sonar algo tonta pero, ¿para que las cartas? -pregunto Nando no entendiendo bien esa parte.

-Como ya deben de saber, ya no puedo ver a mi equipo cazafantasmas, y no nosotros tres no vamos a poder solos, es claro que vamos a necesitar ayuda para esto. -dijo Leo haciendo saber cual iba a ser su plan.

-¿Pero a quien vas a pedir ayuda para esto? -pregunto Marcela con una ceja alzada.

El muchacho estaba por responder a la pregunta, cuando escucha el timbre de la panadería sonar, en señal de que alguien estaba entrando.

-Ahorita vengo, ustedes cuiden a la Abuela y a Nana Dionisia. -dijo Leo recibiendo un asentimiento de parte de su amiga y de su hermano.

Y sin mas, el ex-cazafantasmas baja las escaleras hasta llegar al mostrador, pero su expresión cambia a una de asombro cuando ve quien, o mas bien quienes habían entrado al recinto.

-Vaya vaya, pero si es Leo San Juan, es bueno verte de nuevo muchacho. -dijo con una sonrisa un hombre con el cabello castaño con canas, y sombre en la barbilla, señal de que se rasura la barba.

El muchacho reconocía bien al hombre, el es Rupertino, un hombre con el que y Nando se encontraron y a quien ayudaron a recuperar el alma de su hija del Charro Negro

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El muchacho reconocía bien al hombre, el es Rupertino, un hombre con el que y Nando se encontraron y a quien ayudaron a recuperar el alma de su hija del Charro Negro.

Sin embargo, también pudo ver que no venia solo, ya que junto a el venían una mujer de cabello negro con algunas canas, y una niña de su misma edad con el cabello largo amarrado en una trenza un poco larga. Ellas eran Ana la gitana, y Beatriz, la hija de Rupertino.

 Ellas eran Ana la gitana, y Beatriz, la hija de Rupertino

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El Regreso del Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora