Unos amigos regresan

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El brillo era algo que a veces podía llegar a hacer daño a los ojos de las personas, en especial si uno no se siente acostumbrado a la idea de ver tanta luz en cualquier momento de su vida.

Bueno, la menos así era como lo podría sentir Leo San Juan en ciertas ocasiones de su vida, pero ya estaba acostumbrado a ese tipo de cosas.

Pues, después de destruir el medallón de Miquiztli sintió que todo alrededor se vio envuelto dentro de una fuerte luz blanca, a la que seguramente ahora el se sentía expuesto, pero no lo sentía como algo malo.

Sentía que era más bien algo tranquilizante, como si fuera algo que ayudara a calmar el interior de su ser, de su alma.

Así que sin más y, tras ya sentirse acostumbrado a la fuerza de la luz, al final el oriundo de Puebla termina por abrir los ojos, solo para percatarse de que estaba rodeado de un espacio que era sin duda blanco en su totalidad, hasta lo era en donde debía de estar el suelo, lo que dejaba ver que el muchacho parecía estar flotando en el aire a simple vista.

No estaba seguro de donde es que se encontraba, pero a la vez, no podía evitar el sentir cierta familiaridad, como si no fuera del todo desconocido para el, aun si el mismo no lo pudiera reconocer como tal.

-¿Que sera este lugar? -se pregunto Leo al mismo tiempo en que volteaba a ver a su alrededor.

Sin embargo, al momento de voltear a ver nuevamente hacia el frente, el castaño se percata de que mucho más adelante del punto de donde el se encontraba algo que brillaba, algo con un color claro en medio de la blancura del ambiente alrededor de su persona.

Parecía ser una pequeña esfera de color amarillo, pero había algo más, mano parecía ser lo único que podía notar de aquella esfera.

Algo le llamaba la atención de aquello, pero era más que eso, por alguna razón sentía que algo provenía de ahí, algo que para el resultaba conocido.

Que le resultaba familiar.

No lo podía decir con mucha seguridad y, quizás se estaba arriesgando más de lo esperado, pero viendo lo poco claro que tenia la situación, quizás era lo mejor que podía hacer.

Así que sin más, y viendo que no había nada más, comienza a caminar hacia aquella esfera de luz.

Los pasos que el estaba dando ahora mismo, resonaban en el ambiente, era lo único que realmente se estaba escuchando, todo lo demás estaba hueco, sin que algo se escuchara.

El camino parecía algo lento por todo el ambiente que ahora mismo lo rodeaba, realmente esto era algo que no podía comprender, pero no es como que importara mucho la mismo tiempo.

Lo que importaba, era lo que tenia que hacer y ese algo, era ver como salir de este lugar.

Al final, no tardo mucho en llegar hacia donde estaba aquel resplandor, y lo que veía era una pequeña esfera de luz flotando frente a el.

En el momento en que esa esfera estaba frente a su persona, el chico empezaba a sentir que algo estaba llegando a sus oídos, podía reconocerlo como un par de voces.

-¿Pero que...? -se preguntaba Leo dentro de la mente confundido por lo que sea que estuviera pasando.

Sin embargo, algo en esas voces se le hacia más que familiar, como si ya las hubiera escuchado antes, pero decidió dejar eso de lado y centrarse en lo que estaba pensando hacer.

No estaba seguro de que es lo que significaba la esfera de luz frente a el, no estaba seguro de que es lo que podría hacer si llegaba a entrar en contacto con la misma, pero había algo que podía más con esas dudas que tenia en su mente.

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⏰ Última actualización: Sep 08 ⏰

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El Regreso del Charro NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora