Capítulo 42. Corrigiendo errores.

138 16 15
                                    

Dibujo de portada de capítulo: Elieth Schneider.

Capítulo 42. Corrigiendo errores.

Antes de continuar con este dramático episodio de "Porteros: Casos de la Vida Real", he de confesar que me fui para atrás cuando me di cuenta de que ya llevo escritos cuarenta y dos episodios de este drama de telenovela barata. Qué aguante tienen los que han llegado hasta aquí, yo me habría harto de mí mismo desde el capítulo dos.

En fin, que después de las palabras que me dijo mi madre, me dieron ganas de ir a buscar al gran Genzo Wakabayashi y aclarar las cosas de una vez por todas. Como dicen, "tomar al toro por los cuernos" y aventarse al ruedo. Bueno, no es que mi papá sea un cornudo, no que yo sepa, es una manera de decir que es una bestia. El caso es que quería ir en ese mismo momento a hablar con él, pero todavía tenía que estudiar y eso no podía esperar, mientras que mi padre podía continuar de gorila por un día más. Ahora que ya teníamos el vídeo en el que Kentin admitía haber sido él quien cambió las notas, lo último que me faltaría sería que yo reprobara por idiota, así que tenía que aplicarme en serio con el estudio para evitarlo.

Ya había abierto los libros y mis libretas de apuntes cuando recordé que antes de meter la nariz en ellos tenía que ocuparme de otra cosa muy importante: no recuerdo si lo comenté antes o no, pero le había mandado un correo electrónico al entrenador Margus para decirle que las cosas se habían puesto feas con mi padre y que probablemente no podría darle una respuesta positiva próximamente. Que si quería llamar a alguien más para que ocupara mi puesto, lo entendería, pero que esperaba sinceramente que pudiera aguantar un poco a que las cosas se calmaran, porque claro que ansiaba ser el portero de Alemania y no deseaba perder esa oportunidad por culpa de mi terco padre. La verdad, tuve muchas ganas de decirle al entrenador que no se pasara de baboso, qué cómo se le ocurría mandarle un mensaje al gran Genzo Wakabayashi sin que yo le dijera primero que ya había hablado con él, en serio que quería decirle que me había arruinado la vida con su chistecito (más drama, para no perder la costumbre), pero si no se lo dije fue por dos razones: 1) Como le envié el email al día siguiente de haberme peleado con mi padre, ya se me había bajado el coraje tras una noche de sueño así que ya no tenía ganas de mentarle la progenitora al entrenador, y 2) Jazmín me dejó bien en claro que la culpa de ese malentendido fue sólo mía, por no haber acordado con el señor Margus cuándo debía comunicarse con papá. Y pues sí, para qué nos hacemos tontos, Jazmín tenía razón, no sería justo reclamarle al entrenador por algo que fue mi culpa.

El caso es que le eché un vistazo a mi cuenta de correo y vi que sí, que el entrenador Margus me había respondido. Su mensaje era muy breve pero me hizo sentir avergonzado y esperanzado a partes iguales. Como todavía tengo ese correo, puedo poner lo que me dijo exactamente, que es lo siguiente:

"Lamento de verdad el haber causado un conflicto entre tu padre y tú, debí de haberte preguntando si ya habías hablado con él antes de enviarle ese correo de voz, pero creo me precipité. Espero sinceramente no haber empeorado las cosas en tu casa; si fue así, discúlpame, por favor. Y no te preocupes, puedo aguardar a que me des una respuesta, pero tampoco tardes demasiado en tomar una decisión.

Manfred Margus".

Si bien al principio me sentí emocionado porque el entrenador me dijo que me esperaría, después pensé que lo hacía porque de mi aceptación dependía también la de Mijael y era obvio que el señor Margus estaba más interesado en él que en mí. Así qué chiste. Obviamente, en ese momento yo no sabía que el señor Margus no me consideró en un inicio para ser el guardameta de Alemania no porque creyera que no soy lo suficientemente bueno, sino porque dio por hecho que yo jugaría para Japón y la verdad es que no puedo culparlo.

Boku wa Wakabayashi Daisuke: Renewal [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora