Capítulo 37. ¡Y las sorpresas no terminan!

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Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi.


Capítulo 37. ¡Y las sorpresas no terminan!

No sé si fue por culpa del estrés o qué carajos, pero el Sueño regresó otra vez, una noche sí y la otra también. Dejé tenerlo durante unos días, creo que pasé casi dos semanas completas sin soñar eso, pero de buenas a primeras volvió, con un ligero cambio que me sorprendió a medias: en esta ocasión, tanto Benji como yo estábamos parados delante de la cama de Aremy mientras Jazmín repetía su "¡Sálvala!". El problema era que no lograba distinguir a quién de los dos se lo decía, si a él o a mí. ¿Qué significaba esto, que mi hermano también podría ser el salvador de Are? Pensándolo con una pizca de lógica, esto tendría mucho más sentido a creer que ese "salvador" podría ser yo.

Creo que ya antes había dicho que Ichimei, el reformado, por ser el gemelo de Aremy tiene más probabilidades de ser compatible para un trasplante que yo, eso lo tenía muy en claro, quizás por esto es que había comenzado a soñar que él podía ser la clave para su curación. ¿Estaría mi hermano consciente de esto, lo pensaba tanto como yo o no se quebraba la cabeza con estas cosas? Tal vez a Benji ni se le había pasado esta idea por la mente y en cambio su imbécil hermano mayor no podía dormir por estar soñando con esas cuestiones. En fin, que ya el tiempo lo diría, lo malo es que soy muy impaciente y no me sale bien eso de esperar a que cada cosa llegue a su debido momento.

Ya no pude volver a dormir así que decidí ponerme a repasar el francés, pues no faltaba mucho para que llegara la hora en la que normalmente me despertaba. Escuché cómo Benji se alistaba para ir a patinar y también lo oí intercambiar algunas frases con mi padre, las típicas expresiones de "hoy lo harás mucho mejor que ayer" y "gracias por acompañarme, papá", junto con sus ya conocidas risas de camaradería y complicidad. Me asomé por la ventana cuando consideré que ya habían salido de la casa y los vi caminar juntos, el gran Genzo Wakabayashi apoyaba su brazo sobre los hombros de su hijo y Benji se dejaba conducir por él como si hubiese tenido unos tres años menos. Sé que era estúpido pero no pude evitar sentir celos, como siempre me ocurría cada vez que los veía así. No es culpa de Benji que tenga más afinidad con nuestro padre que yo, ya sé que es porque mi hermano es menos rebelde y porque el gran Genzo Wakabayashi no echa sobre él la responsabilidad de continuar con su legado, lo que les permite a ambos interactuar de una manera más natural (¿mi papá y yo nos llevaríamos mejor si yo quisiese dedicarme a otra cosa, como a jugar hockey sobre flamencos, por ejemplo?), pero todavía así detesté un poco a mi hermano en esa ocasión. De manera injusta, ya lo sé, aunque eso no quita que sintiera un ligero odio por él, tan ligero como ligeras son las ballenas.

– Daisuke, ¿estás despierto? –Mi tía Eli tocó a la puerta de la habitación, interrumpiendo mis berrinches adolescentes.

– Sí, tía, hola –respondí, tras abrirle–. ¿Cómo te diste cuenta?

– Vi luz a través de tu puerta –aclaró ella–. Cuando tienes a Mijael Schneider de hijo, aprendes a darte cuenta de cualquier cambio mínimo que pueda indicar problemas.

– Ya veo –dije, aunque no entendía qué problema podría haber con que Mijael se levantara temprano, a menos que lo hiciera para ponerse a armar una bomba nuclear casera, lo cual no sería tan raro tratándose del Fede–. ¿Pasa algo? Creí que ayudarías a Mijael a prepararse para la escuela.

– Oh, su padre está en eso, él ya llegó a la etapa en donde le da vergüenza que su madre lo vea en calzones, como si nunca le hubiera cambiado los pañales –bufó la Emperatriz de Alemania. Yo comprendo a Mijael, tampoco me gusta que mi madre me vea en ropa interior, ¡qué horror!–. Así que le dije a tu mamá que vendría a ayudarla un rato. Aún así, es bastante temprano para que ya estés levantado, ¿te sientes mal?

Boku wa Wakabayashi Daisuke: Renewal [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora