Capítulo 20: Consecuencias.

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Capítulo 20. Consecuencias.

La Wittelsbach es una escuela muy, muy grande, tiene planteles para todos los niveles educativos, exceptuando universidad, además de contar con áreas de esparcimiento, jardines, una cafetería enorme, canchas de fútbol, tenis y hockey sobre pasto, un gimnasio con piscina y canchas de basquetbol y volibol incluidas, una zona para tiro y una pista de atletismo, entre otras cosas, así que pueden darse una idea de lo enorme que es la escuela. Considerada como la número 1 de Europa a nivel educación, la Wittelsbach es también muy buena a nivel deportivo y, como ya había mencionado antes, nutre de jugadores infantiles a la Academia de Fútbol del Bayern Múnich. Esta escuela tan elitista sólo admite a lo mejor de lo mejor y sus cuotas son muy altas aunque cuenta con un buen sistema de becas que ayuda a gente con talento que no puede costear aquéllas; sin embargo, en cualquier parte del mundo siempre va a pesar más el dinero que el talento por lo que podías obtener un lugar en la Wittelsbach, aunque no tuvieses mucho cerebro, siempre y cuando tuvieras el capital suficiente. Era éste, pues, el caso de Margus Hoffman, quien no era precisamente muy brillante aunque, como su padre tenía dinero de sobra, podía estar en la Wittelsbach sintiéndose la gran cosa y molestando a muchachos que tenían hermanas enfermas. Okey, quizás lo estoy viendo de manera personal pero ya se sabía que Hoffman era muy dado a hacerle "bullying" a todo aquél que se dejara y, aunque yo siempre pensé que los rumores sobre él eran exagerados, acababa de darme cuenta de que no era así.

No sé cuánto tiempo me tomó atravesar la escuela a todo correr pero debió haber sido bastante, considerando que el plantel es enorme. Me detuve cuando llegué a la pared oeste de la escuela, una de las menos concurridas por encontrarse rodeada de almacenes. Era tal mi furia que, estando ahí, no se me ocurrió otra cosa que golpear uno de los árboles con toda mi fuerza, con el mismo nivel de hipnosis con el que golpée a Hoffman; de hecho, era la estúpida cara de Margus la que veía cada vez que mi puño se estampaba contra el tronco del árbol, su sonrisa imbécil no dejaba de mirarme con burla a pesar de lo mucho que me esforzaba por borrarla. No sé cuánto tiempo habré pasado así, aporreando el árbol sin cesar, sin cansarme y sin pensar en algo más que en la mezcla de dolor y rabia que me agobiaban en ese momento.

Nótese que uno de mis mayores defectos es que me da por golpear algo cuando me enojo en verdad; mi madre dice que tengo que aprender a canalizar mi ira pero no es como si lo hiciera cada vez que me molesto por nimiedades, sólo en situaciones de auténtica rabia es cuando tengo deseos de destrozar con los puños cualquier cosa que se me ponga enfrente. El gran Genzo Wakabayashi me dice que me va a enseñar a boxear para que al menos canalice esa energía en algo positivo pero, aunque la idea de practicar box me resulta atractiva, el que sea mi papá quien me enseñe a hacerlo me hace desdeñar el asunto, como todo lo que se relacione a él.

(Sí, por si no lo sabían, el gran Genzo Wakabayashi sabe boxear; aprendió a hacerlo cuando tenía 18 o 19 años y se estaba preparando para el Mundial sub-19. Supuestamente dicho entrenamiento le sirvió para aprender a detener los tiros de mi ahora tío político Bryan Cruyffort y de Stefan Levin aunque después el gran Genzo Wakabayashi habría de darse cuenta de que el box le sería muy útil para ejercitar los brazos y continuó practicándolo después de dicho evento, incluso actualmente lo sigue haciendo).

El caso es que los nudillos me sangraban cuando escuché el ruido que hacen las hojas secas al ser pisadas por alguien. No me importó la llegada de esa persona y continué golpeando el árbol, me daba igual si se trataba del mismo director, no me iba a contener por él.

- Dai, ya detente, por favor.- dijo una inesperadamente suave voz femenina.

Me sobresalté. Sólo había una voz en el mundo que podría haberme parado y ésa era la de ella... Me detuve durante el tiempo suficiente para girarme y ver de reojo a la persona que me había hablado, constatando que, efectivamente, se trataba de Giovanna.

Boku wa Wakabayashi Daisuke: Renewal [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora