17. Fiebre [AU]

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OBKK.

—¿Mm?

Kakashi, sin entender el por qué del rostro descompuesto de su novio, toca su frente, palpando la piel en esa área.

—Obito, tienes fiebre. —El peliplateado lo mira levemente preocupado.

—Como si no lo supiera, Bakakashi —Obito suspira, agotado. Su cabeza dolía, y sentía un extraño calor recorrer su cuerpo por pequeños lapsos de tiempo.

Luego de asistir tan sólo un par de horas al trabajo, Obito se empezó a sentir mareado, así que rápidamente lo devolvieron a su departmento a descansar para no afectar más su rendimiento de días próximos.

—Ya, ya —el más bajo, rueda los ojos—. Ven, vamos a la habitación, te tomarás una ducha mientras yo voy a buscar medicamentos.

Con pasos arrastrados, el Uchiha se deja guiar por toda el camino hacia su cuarto.

No sabe cómo ni cuándo, pero de un momento a otro, se encontró a sí mismo debajo de la ducha. Ignorando aquello, se permite relajar; su mente se enclarece más, pero a partir de sus pensamientos más lúcidos, está mejor consciente de aquél incómodo calor.

Cierra el grifo, y agarra una toalla para envolverla en sus caderas. Con ojos semi-cerrados por el sueño, sale del baño, encontrándose a su novio sentado en la cama de ambos, con una pequeña caja en manos, de pastillas supone.

Maa, Obito... —el peligris levanta una ceja, fijando su desinterasada mirada en un área en especfíco— Te ves muy ansioso ahí abajo.

—¿A qué te refieres? —el pelinegro lo mira confundido antes de sentarse a su lado, para después mirar el lugar en el que su pareja no apartaba los ojos. Y con genuina sorpresa, Obito no puede evitar devolver una mirada descocertada hacia el bulto creciente debajo de su toalla— Oh.

—Si por eso te sentías enfermo, pudiste decírmelo. —Kakashi, aún con esa expresión neutral suya, acerca una mano hacia el muslo del contrario, peligrosamente cerca de su entrepierna

—P-pero...

—Shh, deja de ser un llorón y acuéstate.

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Bonus:


—¿Y esto? —el chico de cabellos claros, agarra una pequeña botella que se encontraba tirada en el piso y lo pone frente a sus ojos. La curiosidad ganando por sobre la molestia que aún sentía en su parte trasera. Obito, esta vez, no se había contenido en nada.

—Ah, eso. —acostado boca abajo en la cama, lo mira de reojo— Se lo compré a una enciana antes de llegar al trabajo. Necesitaba una bebida energizante.

Kakashi tararea levemente, mientras lee la etiqueta de aquél frasco. Se le hacía conocido de algún lado.

—Mm y, ¿dónde dices que puedo encontrar a aquella anciana? —Definitivamente necesita otro de esos, piensa para sí cuando descubre que aquella bebida “energizante” era nada más y nada menos que un afrodisíaco.

Ese día, los Dioses sí que estaban a favor de la vida sexual de Kakashi.

 

𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora