31. Indicado [AU]

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OBKK/KKOB.

¡Mira! los susurros femeninos no se hicieron esperar cuando por la entrada de la universidad, visualizaron a un apuesto chico peligris y con cubre bocas—, Ese es el chico que se transfirió a mitad de semestre hace una semana, y quién ya tiene a todas las chicas de su área babeando por él. ¿Puedes creerlo?

—Y quién no lo haría... —comentó, con un deje de obviedad en su voz, un chico entre la multitud de estudiantes del pasillo principal.

—Eso sonó tan gay, y lo sabes. —le respondió incrédulo uno de sus amigos, pero aquél chico sólo se limitó a encojerse de hombros, restándole importancia al asunto con un gesto de su mano.

—Ah~ —los suspiros de anhelo no hacían falta con cada elogio— Cómo quisiera estar a su lado, mientras entrelaza sus dedos con los míos...

El peliplata, pasando de largo a aquellas personas nada disimuladas y con cero dignidad, resopló en resignación. ¿Ahora cómo hará para encontrar al perfecto abusador sin llamar la atención? Porque ser el centro de las miradas y estar en boca de todos, definitivamente no lo ayudará a llegar a su objetivo. No por nada hizo que le dieran el pase de universidad a estas alturas del año, cuando ya se había aburrido de la monotonía y debilidad de sus antigüos compañeros.

Kakashi quería encontrar a aquella persona. Lo necesitaba.


***


Es a la edad de 16 años, cuando Hatake Kakashi descubrió que es un pervertido que se calienta con los golpes de sus compañeros varones.

Un accidente lo había hecho caer en cuenta de aquello. Se acuerda estar sentado en su respectivo pupitre, repasando la lección dada hace una hora y, cuando estaba pasando la hoja, un golpe desde su costado casi lo tira al suelo. No fue nada grave, simplemente un pequeño grupo de chicos estaban correteando por el salón cuando el profesor se ausentó por unos minutos; uno de ellos fue empujado y el codo de este, impactó con fuerza en el pómulo descubierto del chico sentado.

Kakashi se había quedado estático en su lugar, un ardor empezaba a recorrer la zona lastimada. Podía sentir que algunas personas se acercaban a su lugar, pero este estaba más concentrado en aquella rara sensación, que ahora, también empezaba a florecer en su estómago.

Y con un sonrojo en toda su cara y en las puntas de las orejas, había cubierto su rostro con sus manos, ignorando las preguntas llena de preocupación hacia su persona.

Por supuesto, eso no se quedaría así. Kakashi quiso entender nuevamente aquél desconocido sentimiento que alvergó en él aquella vez. Así que, de manera voluntaria, empezó su “búsqueda del conocimiento” en los grandes estantes de la biblioteca de su colegio. Cada tarde, se quedaba junto a la bibliotecaria a ordenar varios libros que los alumnos más desorganizados y desintersados dejaban fuera del lugar.

Con el paso del tiempo, descubrió aleatoriamente la palabra “masoquismo en un diccionario.

Y con el pasar de los años, recuerda recurrir a otro tipos de libros, que no se encontraría en biliotecas escolares, para satisfacer sus dudas. De esta manera fue desarrollando ciertos requisitos que quería en una pareja, hombre cabe aclarar; porque sí, en algún punto pudo darse cuenta que las chicas no eran su tipo y de todas formas, sus toques no tenían el mismo atractivo. Adoraba las paletas, no lo niega, él apostaba más por la testosterona, por la rudeza y dominancia, que lamentablemente muy pocos lo tienen sin ser una cualidad fingida.

Pero un día, a pocas semanas de haber entrado a una nueva universidad para seguir ejerciéndose en Ingeniería Biomédica, Kakashi sintió que ha encontrado al indicado luego de tantos intentos fallidos.

𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora