30. Lluvia

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OBKK/KKOB.

—Esto no estaría pasando si no fueras un terco, Bakakashi.

Kakashi a su lado, de reojo, lo mira incrédulo sin poder creer de lo que le estaban culpando. Frunce el ceño en desacuerdo antes de hablar.

—Para tu información, Obito, llegaste tarde. ¿Lo recuerdas, no? —pregunta al pelinegro con lentitud, bajando su voz para que le preste más atención como si se tratara de algún perro mal portado—. ¿Recuerdas que llegaste a mi casa justo cuando empezó a llover? —la mirada del peliplateado se vuelve más oscura, y su voz se llena aún más de reproche—, ¿Y acaso recuerdas quién insistió, de todos modos, ir a la casa de Minato-sensei para molestar? Sin embargo, podríamos haber esparado un poco, Bobito. —Kakashi termina de acusar a su víctima con un bufido. No le era muy agradable la sensación fría de las gotas de agua golpeando su cuerpo, pero ahí estaban, parados en medio de la calle, discutiendo... Cuando podrían haber ido a buscar un refugio ante aquél diluvio torrencial.

—¡Que no era para molestar! —Obito no pierde el tiempo en replicar a su compañero— ¡Te he dicho que Kushina-san necesitaba de nuestra ayuda! —trata girar la cabeza hacia su compañero para encararlo pero la cabeza del mismo peliplata lo impide. Rueda los ojos exasperado—. Me debes una, Bakakashi, te estoy cubriendo de la lluvia en contra de mi voluntad.

—No es que sirviera de mucho, además, no recuerdo habértelo pedido.

Ambos dirigen sus miradas irritadas hacia el otro, sus ojos se encuentran y, sólo un breve silencio bastó para que ambos shinobis se sintieran internamente avergonzados sin saber el por qué.

Ambos dirigen sus miradas irritadas hacia el otro, sus ojos se encuentran y, sólo un breve silencio bastó para que ambos shinobis se sintieran internamente avergonzados sin saber el por qué

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