25. Heterosexual [AU]

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OBKK.

Él se consideraba heterosexual, en serio que si.

Pero lamentablemente ahora tiene que usar el pasado para describir su orientación.

Su primera crisis existencial se dio cuando conoció de verdad a Obito Uchiha, muy dentro de aquél adolescente que aparentaba ser sarcástico, infantil y antipático.

Incluso ahora lo maldecía. Ignorante de cómo se empezaba a sentir con el tiempo que gastaban charlando en los recesos, el pelinegro le hizo sentir cosquillas que Kakashi interpretaba como posibles náuseas; más de una vez trató de vomitar para quitar esa desagradable sensación. Pero nada.

Bueno, una vez sí lo logró, y devolvió todo su almuerzo sobre la ropa de su compañero, este lo había mirado con una sonrisa burlona tirando de sus labios, y le había dicho que para la próxima que le manchara el uniforme, que sea con otra sustancia.

Él no quiso tergiversar lo dicho por el Uchiha, pero lamentablemente su mente ya estaba jodida. Así que luego de verlo salir del comedor, llevó sus manos hasta sus mejillas descubiertas, pudiendo sentir el calor que emanaban y sabía que, enfermo no estaba.

Al final del día, recuerda, tuvo una epifanía en plena clase de Matemáticas.

Descubrió que tiraba por las paletas. Más bien, él tiraba por la paleta de Obito Uchiha.

***

Su segunda crisis se dio cuando tuvo que admitir que él prefería tomar el papel de pasivo con Obito.

Es decir, aceptar que no era completamente heterosexual era una cosa. Ahora, aceptar que le producía una extraña atracción el hecho de recibir, estaba a otro nivel.

Terminó cediendo. Simplemente un día se dejó llevar por lo atractivo que se veía el Uchiha, pero él quiere creer, al menos, que ha puesto un poco de resitencia mental a favor de su dignidad.

Así que, abiertamente, aún no lo acepta del todo.

Pero de cómo lo fue disfrutando con el tiempo... de eso no hay dudas.

Sollozó.

—¿P-por qué te detienes... —el peliplata formula su duda entre gemidos y sudor. Un suspiro tembloroso sale de sus labios, que tan brillosos y rojos estaban por incontables besos robados.

Un escalofrío nace de su espalda baja cuando percibe un dedo acariciar a lo largo de su columna. Un beso húmedo detrás de su oreja, y todo deja de tener sentido en ese momento.

Hay veces que sus dudas por su orientación y rol sexual lo hacen cuestionarse, sus pensamientos tranquilos titubean pero, maldición, Obito sabe lo que hace en esos momentos. Su especialidad es tranquilizar todos sus dilemas, para luego exitarlo y volarle la cabeza en deseo.

𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora