11. Hokage [Semi-AU]

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OBKK/KKOB.

El equipo de Minato se encontraba sin habla. Nadie podía creer lo que, en ese momento, estaban apreciando.

Rin con una mano tapaba su boca, sus ojos estaban más abiertos de lo normal por la impresión; en su mente rápidamente llegó la imágen de un risueño pelinegro. Kakakshi estaba escrutando la escena, y cuando comprendió la situación, un ¡No! rápidamente se alojó en su garganta, dónde quedó atrapado para ser sustituido por un creciente nudo. Obito, increíblemente, no mostraba cambios en su neutral expresión, pero un juramento en especial, pasaba una y otra vez por sus pensamientos. En cambio Minato, tenía un revoltijo de emociones golpeando cual estaca en su corazón.

Todo, por un hombre de espaldas, que en todo su esplendor, estaba parado frente a ellos.

—¿Por qué...? —murmuró aquél inoportuno visitante, aún sin darse vuelta, mirando al cielo despejado.

Y aunque hubiesen querido, ignorarlo no era una opción, no cuando el sujeto en cuestión portaba una vestimenta tan única para la aldea.

No cuando también portaba aquél legendario símbolo de liderazgo.

No cuando en su espalda se podía leer, "Rokudaime Hokage".

Y no cuando, bajo ese gorro, claramente se podía vislumbrar mechones plateados.

Lentamente, vieron cómo el hombre se dio la vuelta. Entre respiraciones entrecortadas, y jadeos por la conmoción... El nombre "Kakashi" tomó lugar en sus pensamientos.

—¿Kakashi...? —en un susurro casi inaudible, Minato es el primero en tomar la palabra. Necesitaba todo tipo de respuestas. No admitiría que un llameante orgullo, por sobre las demás emociones, prevaleció en su interior; simplememte lo supo desde el primer vistazo. Pero, involuntariamente, una sensación de miedo también fue alojado, sus instintos gritaban que algo estaba mal, que algo sucedió con su equipo; cuando miró aquellos ojos de color plomo, inteligentes por la edad, y que a pesar de la fuerza dentro de ellos, reconoció, para su mayor temor, una sombra que escondía penurias.

—Chicos, ¿Cómo...? —el adulto peliplateado los observó, anhelante, desde aquellos pocos metros.

Dio un paso inseguro, dio otro de manera temblorosa, le siguió uno torpe, ya ahora Kakashi tenía las fuerzas para terminar la distancia apresurado, con su expresión contraída en una mueca llena de dolor. Y se lanzó sobre ellos, y también se aferró; escondió sus lágrimas en aquél abrazo.

Rin, quería decirle algo como consuelo, ella también lo había percibido, pero el peso de tener a uno de sus compañeros del futuro tan vulnerable... tan no Kakashi de su tiempo, sólo le hizo tener la capacidad de acariciar su espalda, cubierta por la imponente capa blanca.

El peliplata menor, a pesar de su estoica mirada, deseó no crecer, deseó no convertirse en aquél shinobi tan roto, tanto que ya ni siquiera podía esconderlo. Deseó, una última vez, padecer él, antes que su equipo.

Y Obito... Obito apretaba sus dientes, al igual que sus puños. Quería llorar, se sentía traicionado por su yo del futuro. Porque, ¿dónde quedó su promesa de convertirse en el mejor Hokage de todos? En aquél abrazo, que inconscientemente devolvía por el sufrimiento que el hombre emitía, baja su cabeza para esconder sus indeseables y pequeñas lágrimas.

Pero Kakashi lo vio, y con delicadeza, se separa de su antigüo equipo.

—Estoy bien —aseguró a nadie en particular; una mano se dirigió al gorro de Hokage y se lo retiró lentamente de la cabeza—. Yo estoy bien, ahora. —Ante la mirada de los otros, Kakashi levantó, con sus dedos, la barbilla del pelinegro. Y con una pequeña sonrisa, limpió con suavidad esas lágrimas que aún seguían cayendo por sus mejillas.

Aqulla acción, sacó al Uchiha de sus pensamientos, y al igual que los demás, portaba una expresión de incredubilidad por aquél hecho. Obito, sientió frío cuando la persona frente suyo retiró su mano.

Hubo un silencio que los envolvió, casi al instante.

Crece, Obito. —aquello parecía una orden, y el niño, como buen shinobi de la hoja, no replicó al futuro líder.

Para su mayor desconcierto, tras esas palabras, sientió un peso en su cabeza, y con un leve mareo se dio cuenta de aquél símbolo descansando sobre sus cabellos. Confundido, miró directo a los ojos del mayor.

—Crece junto a mí. —Obito no hizo más que asentir, obediente; sintió los ojos de sus compañeros en su propia espalda, pero él estaba más ocupado tratando de retener lo que el futuro peliplata estaba exigiendo, como para preocuparse por eso.

Minato, en todo esto, estaba al borde de una crisis. Pero, a voluntad, decidió seguir atendiendo aquella inusual escena.

Un reconocible haz de luz, de repente, rodeó al peliplata, otra vez. Haciéndolo titilante, ante los ojos de los demás.

Y Kakashi mayor, con una intensa mirada, la cuál estaba haciendo que el pelinegro reorganice sus ideas y sus deseos para futuro, se aferró al cuerpo de su pequeño camarada con una mano en su costado; y cerca de su oído habló nuevamente: —Te estaré esperando.

Obito, con un vuelco en el corazón, lo último que vio del hombre, fueron sus ojos... Lleno de amor.

Hacia él.

Créditos al respectivo autor de este fanart

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𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora