𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔

16. Tentación [AU]

OBKK.

ABO: Alfa!FemObito. — Omega!Kakashi.
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—¡Detente!

Kakashi no paró ante el grito femenino y siguió corriendo por el pasillo vacío, dirigiéndose hacia los baños.

—¡Por favor! —Suplicó, Obito. Su cabello se había soltado y ahora empezaba a estorbar su visión, pero esto no fue impedimiento para alcanzar al omega que segundos atrás había empezado a huir de ella sin razón aparente, cuando chocaron frente a un salón.

Obito, al principio, no le iba a tomar importancia al asunto, tan sólo le había gritado frustrada para que a la próxima tenga cuidado por dónde pasaba. Sin embargo, tan pronto como iba a retomar su camino hacia el gimnasio (ese día su colegio había preparado un festival, por lo que todos los estudiantes se encontraban fuera de los salones; ella había vuelto para recojer su celular) concentró su vista en un objeto tirado en el suelo.

Era una tableta de pastillas. Pastillas que ella siempre ve con sus primos, por lo que sabe que son supresores. Y como sabe eso, también está consciente de su importancia; y como antes no estaba eso ahí, supone inmediatamente que le pertenecían al chico que había chocado con ella.

Dudosa, la agarró con intenciones de entreguesarla devuelta al dueño.

Aunque Obito no contaba con que esa persona esté parada justo detrás de ella.

Al verlo a la cara, lo reconoció casi al instante. Por supuesto que sí, el prodigio número uno de su preparatoria, Presidente del Consejo Estudiantil, el más codiciado sin importar el género y, el chico más arrogante (si se lo preguntaban a Obito). Ambos cursaban su último año, pero en diferentes clases. Porque claro, ella era una Alfa (y por sobre todo, alguien con el apellido Uchiha) pero el destacable intelecto por sobre los demás, no estaba con ella.

Obito estuvo atenta a las acciones del contrario, viendo cómo él había esquivado su mirada para bajar hacia sus manos. Ella también imitó aquella acción, miró hacia la misma dirección, notanto de inmediato la tableta de supresores en su agarre.

—Oh... —Obito no evitó abrir su boca para hacer saber de su impresión. Se sonrojó apenada, sin poder evitarlo.

Todos sabían del segundo género de Kakashi, pero como nunca actuaba de la manera delicada y frágil que se esperaría de un omega (sino que alzaba su voz sin problemas cada vez que algún asunto no era de su agrado, no tenía miedo en dirigirse a personas físicamente más grandes y, nunca se dejaba rebajar por betas y alfas), a los pocos minutos todos se olvidaban de aquél aspecto, y ya nadie lo miraba como un omega, sino como el atractivo chico que representaba su primer género. Ahora, hasta tenía tanto hombres como mujeres omegas detrás suyo.

Incluso la dulce de Rin había caído ante él.

Cada vez que su amiga empezaba a hablar sobre el Presidente, Obito soltaba un grito de frustración mezclado con cansancio y amortiguado por sus manos al cubrir todo su rostro.

—Dámelo. —Exigió Kakashi apresuradamente.

—¿...Qué? —Preguntó por reflejo, Obito. Parpadeó varias veces para enfocar más al chico frente suyo, notando cómo este último empezaba a temblar de manera casi imperceptible.

Obito pasó saliva cuando sintió un leve y dulzón aroma. Inhaló brusco y, casi al instante frunció el ceño con algo cercano a la desaprobación.

—¿Entraste en celo?

Kakashi palideció notablemente. Y Obito dio un paso hacia al frente, tratando de llegar hacia el peligris, pero no con intenciones de atacarlo sino para darle, de mano a mano, la tableta de supresores (es más, ella destacaba por su alta tolerancia por feromonas de Omegas en celo. Esto la hizo ganarse unas pocas, pero indecentes, propuestas para calentar algunas camas y así aliviar a varios deseosos por tenerla en sus camas, porque un Alfa que sabe cómo controlarse era uno con el que te permitías hacer y pedir lo que quieras sin restricciones, y aún así estabas en la seguridad de que no exista algún tipo de accidente de por medio. Es decir, no marcas; no compromisos).