𝙍𝙚𝙡𝙖𝙩𝙤𝙨 [𝙊𝘽𝙆𝙆/𝙆𝙆𝙊𝘽] ✔

15. Cajero [AU]

OBKK/KKOB.

—Rin, agárrame —Obito parecía hiperventilar. Tenía la frente sudorosa, la piel pálida, y sus manos temblaban contra los hombros de la chica.

—Obito, ¿qué pasa? —la castaña, preocupada, hecha un rápido vistazo por todo el cuerpo de su compañero, buscando algún daño visible.

—C-Creo q-que... —Obito toma un par de bocanadas de aire, regulando su respiración antes de proseguir— Finalmente lo he perdido, Rin.

Rin ladea levemente su cabeza en confusión. Cuidadosamente, aparta las manos de sus hombros y acompaña al chico a un banco en aquél parque. Obito habia venido corriendo hasta su punto de encuentro, así que era mejor relajarse.

Ahora, sentados, hay un momento de silencio.

—¡He perdido la cabeza, Rin! —el Uhiha es el primero en hablar; explotar, sería una palabra más adecuada.

Rin se sobresalta.

—Y... —tentativamente, la castaña hace la siguiente pregunta—: ¿Por qué lo consideras así, Obito?

—¡Hubo un momento en el que mis latidos fueron dobles! —ignorándola, el pelinegro se agarra fuertemente el pecho, mirándola casi paniqueado.

Obito emite un sonido estrangulado cuando nota que su acompañante tenía una mirada perdida.

—¡Que fue amor a primera vista, maldición!

Rin, parpadea. Nunca lo habia escuchado maldecir, no frente a ella por lo menos. A pesar de aquello, suspira aliviada, de verdad pensó que era algo serio.

—¿Y quién es el afortunado?

[...]

—Ah... Eres tú. El acosador. —el chico detrás de la caja, lo reprende con la mirada.

Obito suelta una pequeña risa para aliviar la tensión dentro suyo.

Después de que le haya dado absolutamente todos los detalles a Rin, de cómo se quedó admirando a un hermoso chico peligris (quién sorpresivamente era el cajero de su tienda favorita de dangos; y ahora que lo pensaba, había pasado por ahí para, justamente, comprarlos... Tan distraído estaba que no lo hizo al final), detrás del mostrador cerca de la entrada, luego de que su horario de club acabara, y de cómo no se pudo despegar de aquél lugar hasta que se acordó de que iba tarde para reunirse con ella (Rin rodó los ojos ante la confesión, pero lo deja pasar porque lo valía), decidió pasar nuevamente por el lugar.

Nunca lo había visto por ahí, supone que era nuevo. Pero ignorando todos aquellos detalles irrelevantes, Obito sintió, cuando lo vio ahí parado, leyendo tan concentradamente un libro, cómo sus destinos se entrelazaban de manera inmediata.

Aquél chico enmascarado lo tenía extasiado con su belleza. Un suspiro inconsciente sale de sus labios.

—Por cierto, me debes 50,000 yenes. Has manchado mi más valioso libro con tu asquerosa presencia. —el peligris se cruza de brazos, escrutándolo con la mirada.

—¡Ah! —el pelinegro sale de su perfecto mundo de ensoñación, mirando indignado al contrario— ¡Pero si ni siquiera había entrado al local! Y ahora que lo veo... ¡Eso es para adultos! —escandalizado, Obito señala el libro (el mismo con el que lo había visto más temprano), con su dedo.

Kakashi se encoje de hombros, quitándole importancia al asunto. Vuelve su vista nuevamente al libro.

Obito, ahora un poco más relajado frente al chico, adopta una postura pensativa, su mano en su barbilla y sus ojos en dirección al techo.

—Ne, Kakashi... —lo llama por el nombre grabado en su identificador— ¿Por qué no ponemos en práctica aquél libro? —pregunta casual. Valía la pena intentarlo.

—¿Por qué no, también, aumentamos tu deuda? —devuelve, irritado.

Obito se quedó boqueando.

"Cara bonita para esconder al diablo", decía su abuela.

Cuánta razón en una sóla oración...
  
  

Créditos al respectivo autor de este fanart.