"Las Tortugas Ninjas":{El regreso}

°2

Una 1 hora y media fue el tiempo que tardó el coche para ir del aeropuerto JFK a destino Manhattan,donde residía su primo Casey. El trayecto fue silencioso y tranquilo. Cada uno con lo suyo. Tigris no es que no quisiera hablar con su primo, lo quería mucho, y de la familia era el único que la comprendía en muchos temas. Aunque discutieran mucho por su temperamento, era su confidente; desgraciadamente sus conversaciones por llamadas o charlas largas por el WhatsApp ya casi eran nulas por lo ocupado que estaba. El caso es que estaba de muy mal humor. Su novio Alessandro de hace 2 años, la había dejado por, según el ser muy intensa o que era demasiado agresiva. Además de que la joven no era mucho de salir por ahí como suelen hacer los chavales de su insti o casi todos los de este planeta. Le gustaba, pero no en un gran grupo, y menos con los gilipollas que tenía de amigos el anormal de su ex. Sólo tenía 2 amigos; verdaderos amigos. Christopher y Ricky, dos idiotas de los buenos, de calidad. Ya luego podía llevarse bien con otra gente, pero amigos amigos, eran ese par.

No estaba echa polvo como pensaba, pero lo que más le taladró en la cabeza fue que la dejó de la peor manera; un puto mensaje de texto. No fue lo suficientemente valiente como para ir a su casa y decirle todo eso a la cara que encima alegaba que el le tenía miedo a ella y no se atrevía ir y decírselo personalmente. Y no todo acaba ahí, no. Luego estaban sus padres. La arrastraron a este viaje, aseverando que no la querían allí encerrada, querían que se relacionara con más gente en estas vacaciones, y no con los mismos chicos de siempre. Había veces que pensaba que sus padres no aceptaban a sus amigos; puede que la liaran con bastante frecuencia, o que eran dos pasmarotes sin neuronas suficientes como para pensar antes de actuar, pero eran buenas personas y que la querían y cuidaban como si fueran hermanos de sangre. Y también la privaron de poder practicar más y hacer horas extras de entranar en  beísbol. "Tienes que descubrir cosas nuevas, experimentar y de paso pasar tiempo con tu primo", eso último era lo que no le disgustaba, pero joder, ya tenía planes. Muy poco sociables, pero a fin de cuentas sus planes.

Pararon delante de un edificio  considerablemente grande, normalito por así decirlo. Era de un color rojo plomizo. Los bordados de las  12 ventanas eran de color verde, como aquellas escaleras de incendios que empezaba desde el borde de la azotea y el final de dónde estarían los pisos, porque en la planta de baja había una tienda con un toldo amarillo chillón y un letrero por el costado que decía: "Corner Shop"(irónico porque no estaba en ninguna esquina). Tenía un gran ventanal a su derecha y a su izquiera la puerta de entrada y a su vez estaba la puerta del portal para llegar al piso de Casey.

La puerta fue abierta, por lo que la concentración de Tigris por la estructura de aquel edificio y de la tienda fue a segundo plano. No se había dado cuenta que ya estaban fuera del vehículo, y ella aún dentro, mirando por la ventanilla como una anormal. Su primo la miraba perspicazmente, con una sonrisilla jocosa mientras se apoyaba en la puerta aún abierta.

-Cuando quieras sales, el viento de Manhattan no es tóxico.- Tigris sólo pudo reír secamente ante su comentario. Se desabrochó el cinturón y bajó, colgándose la mochilita que decidió no dejar en el maletero.

-Lo dudo mucho. El humo que sale del alcantarillado tiene pinta de que si lo hueles o te acercas, te acaba derritiendo y acabas con distintas enfermedades venéreas.

-¿Y porqué exclusivamente venereas?- Casey cerró la puerta al estar la joven ya en la acera.

-No sé, me pareció más ofensivo.

Ambos se miraron y empezaron a reír de manera escandalosa. April los miró con una sonrisa, también esperando a que la ayudaran con el equipaje.

-Porfín intercambiáis palabras.

Casey y Tigris, al darse cuenta(y acordarse) de la presencia de April fueron junto a ella, y así cada uno cogería una maleta, porque son sólo tres(sin contar la mochila,que en sí no es una maleta,pero me entendéis). Casey cerró el maletero y aseguró que el coche no se abriera para seguido abrir la puerta del edificio y subir el ascensor hasta el tope, estando en los apartamentos de la punta arriba.