Cáp. 18: Maneras

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¡Por Dios que estaba soñando! ...pero ya se habia pellizcado y ¡No!, no estaba soñando, cerró y abrió sus varias veces, como esperando que la maravillosa visión que tenia enfrente desapareciera pero es que…parecía…un sueño se quedaba corto para expresar lo que estaba viendo…era simplemente…

- Si me golpearas, tal vez no estaría tan asustado – Y es que el suspenso en que lo tenia la joven era demasiado.

- Es…que…no se que decir – Se giró para ver al chico que portaba una inmensa sonrisa.

Y era mas que cierto, honestamente ni en sus mas locos sueños se imaginaria algo así; la habitación estaba prácticamente convertida en un jardín, habia cientas y miles y millones de rosas, rojas y blancas y en todas las maneras y arreglos que se alcanzaría a imaginar, en ramilletes, individuales, habían pétalos en el suelo, el lugar estaba estratégicamente iluminado por miles de velas en todos los tamaños e igualmente, por el hogar que estaba encendido ya llenando de calidez el ambiente, cerca de esta habían unos cuantos almohadones que invitaban a recostarse y para completar habían bombones de chocolate y una botella de vino, todo estaba organizado de la mas perfecta y romántica manera. Ahora la pregunta era ¿A que se debía todo esto?

- Inuyasha…yo no… - Estaba nerviosa y mucho, todo estaba bellísimo pero que era lo que pretendía él.

- Tranquila, solo quería pasar un momento contigo, algo distinto, y es mi manera de agradecerte por todo – La abrazó mientras acariciaba su rostro; bien no lo iba negar estaba muriéndose por estar íntimamente con Kagome pero tampoco la iba a presionar.

- No tienes que agradecer – Se dejó llevar por él hasta los almohadones donde el se sentó para luego acurrucarla entre sus brazos.

- Tal vez no, pero quiero hacerlo, quiero consentirte – Sacó la botella del caro vino de la hielera, y alcanzó las dos copas para servir del trago.

- No será mas bien que quieres embriagarme – Rió, mientras recibía la copa que el joven le daba riendo - Pero no podrás – Tomó un sorbo.

- No estaba en mis planes – Le aseguró, robándole un beso; le quito la copa de entre sus finos dedos y la dejo un lado.

- Soy yo o huele a rosas – Aspiró el aroma del auto.

- A eso huele, antes de la cena fui con Inuyasha por flores, para una sorpresa para Kagome, prácticamente se trajo un bosque entero – Le contó Miroku riendo mientras conducía.

- Pensé que jamás veríamos a un Inuyasha romántico – Se enterneció Sango - No pensé que fuera tan tierno…

- Yo conozco a alguien mucho más tierno

- Que tonto eres; te imaginas el rostro de Kagome – Dijo Sango emocionada por la otra chica.

- Te imaginas el escándalo – Se burló.

- Dios, Miroku contigo no se puede hablar

- ¡Espera!, lo dices en serio – Habló el chico mirando a Kagome sorprendido.

Sí…jamás habia visto una pelicula tuya, a parte de aquella de la premier – Aseguró - No es diga que son malas, ahora digo que no son, solo que no me caías bien y bueno…pero de ahora en adelante las veré

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