Cáp. 7: Bajo el mismo techo

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- ¿Dónde es la fiesta? – Ahora se encontraba con Inuyasha en el auto, luego de que sus amigas fueran a casa en lugar de a la fiesta, debido a que no contaban con alguien como su hermosa madre que les diera permiso a asistir al lugar, como ahora lo hacia ella.

- Es un club no muy lejos de aquí – Respondió el chico a un lado de ella.

- Por cierto muy buena pelicula – Felicitó Kagome - Eres un gran actor…y los dobles – Bromeó.

- Hey…no uso dobles – Se escuchó dolido.

- Oye lo lamento solo…

- Soy un gran actor – Rió con ganas al ver que ella caía ante su broma.

- Sabias que eres un tonto – Le regañó propinándole un pequeño golpe en el antebrazo, ambos rieron.

- Ya llegamos – Anunció cuando el auto se detuvo, bajó del auto tomándole la mano, algo que ya era tan común en ambos; sentir la calida y pequeña mano de Kagome le hacía sentir que por fin algo era solo de él y le ayudaba a recuperar la confianza perdida.

Al poner un pie fuera del auto las luces de los flashes casi la cegaron, ¡Hasta aquí venían!, pero esta vez Inuyasha camino directo al interior del club, sin importar el llamado de los paparazzis

La música inundaba el lugar, pero no se detuvieron hasta que entraron a una sala que decía VIP, bien, era fiesta privada; adentro la música se dejaba oir y el lugar no era muy distinto solo que la conversación se hacia presente en el lugar mucho mas que el baile de la sala general

Tomaron asiento, habia estado hablando gran parte de la noche con Miroku y una amiga de Inuyasha, también actriz, Sango, muy bonita y por demás simpática, por su parte Inuyasha estuvo todo el tiempo con ella, sin soltar su mano algunas veces se unía a la conversación y otras hablaba con gente que se acercaba a él, pero sus manos siempre estuvieron unidas.

- Kagome… ¿quieres bailar? – Le pregunto, miró alrededor y vio que al parecer la canción puesta habia animado a varios.

- Claro… - Se colocó de pie ayudada por él, fueron al centro de la pisto, por suerte para ella se camuflaron entre el resto de personas, no le gustaba ser el centro de atención, así bailó libremente dejándose llevar por la melodía, además algunos ya estaban en las nubes por pasarse de tragos, no seria vista de todos modos.

La canción que inundaba el lugar era alegre y movida, invitando a un baile sin restricciones; posó una mano en la cintura y comenzaron a moverse al son de la música, acoplando sus cuerpos en un baile sensual, que estaba seguro que una fotografía de estas seria suficiente para declararlos marido y mujer, lo bueno era que al parecer algunos ya tenían la bebida en la cabeza y no notaban mucho lo que sucedía a su alrededor. Bajó su mano un poco más, los movimientos al ritmo de las la música que Kagome desenvolvía con su cuerpo lo llevaban casi al borde del delirio, jamás imaginó que ella pudiera moverse así, al parecer esta era otra de las facetas de Kagome, y el quería conocerlas todas.

Giró el cuerpo de Kagome posando su mano esta vez en su abdomen, ¡Demonios! Esta chica lo estaba enloqueciendo, ella bailaba por hacerlo y al parecer no se daba cuenta de la tortura a la cual lo tenía sometido pero de la cual no deseaba escapar…

La música terminó y ambos fueron a sentarse, y como ambos lo sospechaban nadie los vio, bien por ellos; ya en la mesa, tomó el trago que le habían servido y que apenas habia tocado y lo bebió de un sorbo, no era lo mas adecuado pero necesitaba olvidar por unos momentos el baile con Kagome, la volteó a ver y alli estaba tan fresca como una lechuga, a excepción de sus mejillas arreboladas al parecer debido al calor que se cernía en el lugar, la vio ver su celular, lo que lo hizo mirar su reloj, si que era tarde.

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