Cáp. 2: superestrella, superconflicto

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Todo el colegio estaba en expectativa, los maestros dictaban clases por cubrir tiempo pero sabían de sobra que ninguno de los estudiantes o al menos por parte de las chicas estaba presente, todas tenían su mirada en el pizarrón y su conciencia y demás sentidos en cualquier efímero sonido que indicara que alguien hacia ingreso al instituto y todo por que, pues hoy era el gran día en el instituto Jidai.

Alguien podría continuar con la lectura –dijo la maestra enfocando la mirada en los alumnos, pero los chicos no querían y las chicas ni siquiera prestaban atención-

Yo lo hago maestra –dijo Kagome colocándose de pie y continuando con la lectura, la verdad ella no estaba tan interesada en el supertonto que venía al colegio a pesar de haber liderado la campaña, la verdad no le interesaba-

Al fin el primer bloque de clases se habia terminado, todas las chicas estaban aglomeradas en la puertas frontales del instituto buscando señales de la llegada de su ídolo, muchas miraban sus relojes, pero al parecer estos no avanzaban así que algunas los comparaban entre ellas para comprobar si estaban descompuestos.

Honestamente jamás es su vida había pasado un descanso tan aburrido, ni siquiera cuando cierta vez estuvo encerrada en el baño quitándose la mancha de su uniforme todo gracias al postre del día y su torpeza. Y era verdad sus amigas estaban como locas pegadas en la puerta, los chicos que no se interesaban que eran gran parte estaban en la cafetería, o en el campus de atrás, y los pocos chicos que estaban ahí esperaban conseguir una foto y venderla.

Además afuera del instituto había cientos de paparazzi que no habían logrado conseguir pase para grabar los momentos del ídolo con sus fans, ellos esperaban captar la entrada del ídolo aunque solo eso fuera.

Y bien eso era lo que iba de su aburrido día, ella sola sentada en una escalinata sin hacer nada, ya se imaginaba el resto del día, sus amigas si antes no les daba un paro cardiaco hablarían todo el camino de salida de él, aunque eso no era raro pero estaba vez estaba segura enloquecería.

Y luego de cerca de 1 hora de receso, pues algunas fueron llevadas casi obligadas de nuevo al salón, ahí "estaban" de nuevo en clase.

En definitiva, largo y aburrido día…

De repente en medio de la clase y a la expectativa de todos, la reja de entrada se abrió y el sonido de varios autos se escucho, lo que hizo que todas las chicas de todo el establecimiento se pegaran como moscas a las ventanas, vieron el auto estacionarse, el director salio al encuentro de los recién llegados, las puertas de los autos se abrieron y salieron varios hombres vestidos de negro, los guardaespaldas, luego la puerta de la limosina se abrió y del auto salio un joven alto, cabellos cortos y negros y ojos azules, por lo que algunas chicas, pocas, podían notar, vieron que se estrecharon las manos los dos hombres y luego vieron salir a él a Inuyasha y así todo estallo…

¡INUYASHA, INUYASHA, INUYASHAAAAAAA! –se oyó el grito que hizo retumbar los vidrios de todo el instituto y que hizo que Kagome se cubriera los oídos; todas se lanzaron a la puerta y por su emoción no se dieron cuenta que tenia llave así que decidieron regresaran a las ventanas pero el joven ya no estaba a la vista-

Señoritas, tomen asiento y les dare las indicaciones para que puedan ver al joven –dijo el maestro, y esas fueron las palabras mágicas todas tomaron asiento, pero no podían evitar mover sus pies o manos con desespero-

Todo el colegio estaba organizado en el campus del colegio, todos chicas, chicos, maestras, maestros, la gente del aseo y la cafetería, todos estaban con expectativa, todos al frente de una tarima que se había colocado con motivo de que de ahí todos vieran a la estrella, la tarima estaba rodeada de varios de los guardaespaldas, sobre ella habia una mesa, sus sillas, algunas bebidas con el fin de atenderlo a él. Bueno en fin todos estaban allí con expectación de que saliera a la vista de todos, se empujaban con el fin de llegar adelante, pues sabían que para la firma de autógrafos el no se quedaría firmando a todo el mundo, todos ahí menos ella.

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