Hermione deambulaba por el pasillo de la espaciosa villa, sintiéndose perdida y desorientada.
Estaba completamente sola por primera vez desde que se enterara de que Draco se había olvidado de ella.
Narcisa y Severus se habían ido por la tarde y, dado que en su momento Draco y ella habían planeado cenar afuera, el personal tenía la noche libre.
Scorpius estaba de visita en la casa de sus tíos.
Cuando Hermione había llamado para cancelar los planes, Rachel le había pedido que de todos modos le dejara tener al bebé, aduciendo que sus hijos habían estado esperando toda la semana para jugar con su pequeño primo, y no estaban en edad de entender los cambios producidos por la amnesia de su tío.
¡Diablos! Ella ya era adulta, tenía que entender.
Se había estado aferrando a su hijo desde que salió del hospital, necesitada de esa conexión cuando todo había salido tan mal con su padre.
Pero no era justo para el bebé mantenerlo aferrado a ella cuando podría estar divirtiéndose con sus primos, así que permitió que se quedara.
Sin entender realmente por qué lo hacía, se encontró caminando hasta la habitación de Draco.
No había nada para ella aquí.
Simplemente un cuarto ordenado y decorado con buen gusto que ahora ocupaba su marido, quien alguna vez compartió el dormitorio principal con ella.
El estado impecable de la habitación no la sorprendió, pero una sensación de desolación la invadió por completo cuando se detuvo junto a la cama en la que él dormía ahora.
Las emociones que había tratado de mantener bajo control desde el accidente estaban luchando por liberarse de las restricciones impuestas.
Sacudió la cabeza luchando contra ellas mientras se dejaba caer de rodillas junto a la cama.
Su olor estaba allí, en el edredón cuidadosamente estirado.
Gimió cuando la azotó un dolor que era tanto físico como del alma.
Había tratado de evitar la proximidad física desde que él regresó de Nueva York y se mudó a otro dormitorio.
Se negaba a humillarse dejándole ver lo mucho que ansiaba el consuelo de su cuerpo.
Y tenía miedo de que si lo dejaba acercarse demasiado lloriquearía como un patético cachorro perdido buscando el toque de su amo.
Él todavía la deseaba, pero habérselo dicho en medio de esta situación de camas separadas, apenas si había resultado halagador.
Porque él quería tener sexo con ella, y eso no significaba nada.
Él todavía anteponía los sentimientos de Astoria por sobre los de ella.
Aun cuando no la recordara, sabía que era su esposa y ella debería ser su prioridad.
No pudo evitar soltar una áspera carcajada.
¡Qué buen chiste era ese!
Ni siquiera cuando la recordaba había sido su prioridad.
Cuando eran novios había sido simplemente una conveniencia sexual, una que usaba o desechaba dependiendo de su agenda de viajes.
En ese momento ella había pensado que tenían algo especial... sólo porque él se esforzaba para pasar tiempo con ella fuera de la cama.
¡Qué idiota había sido!
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El bebé navideño de Malfoy
FanfictionEl regalo más especial de todos... Después de un choque frontal contra otro vehículo, Hermione Malfoy estaba feliz de que el bebé que estaba gestando sobreviviera. Pero Draco, su marido, había sufrido una pérdida selectiva de memoria. Su corazón...