♥11♥

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-Hermione. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Aldo? -

Ni el tono ni las palabras fueron acogedoras, pero Hermione había estado esperando esa reacción y se obligó a no ofenderse.

-Cancelé su viaje y vine yo en su lugar, solías decir que te gustaba mucho que viniera a buscarte al aeropuerto -

Y también solía insinuar que no le importaría hacer el amor en la limusina, de camino a casa, porque estaba muy hambriento de ella.

Pero no estaba preparada para eso, ni había traído la limusina, y tampoco había forma de que él recordara sus jugueteos amorosos.

-¿Sí? -

-Uh...huh. De todos modos, pensé que podríamos hablar mientras te llevó a casa-

-Conduciré yo -dijo con arrogancia.

-Espero que hayas traído el Mercedes -dijo Astoria, parada detrás de Draco -Después de dos semanas en Nueva York, tengo equipaje extra -

Hermione reprimió una mueca de disgusto, dándose cuenta de su error táctico justo en ese momento.

Qué idiota había sido.

Había estado tan enfrascada en los problemas de su matrimonio que se había olvidado realmente de la otra mujer.

Sólo Astoria, por supuesto, esperaría ser llevada también a su casa en el coche conducido por Aldo.

-Qué raro que no hayas enviado tus compras previamente -comentó Hermione, como una manera de ocultar su disgusto.

-No hubo tiempo -Astoria sonrió dulcemente a su jefe -Draco me llevó de compras y terminamos apenas un poquito antes del despegue -

A pesar de que sabía que cualquier signo de malestar le daría a la inglesa un gran placer, Hermione no pudo evitar estremecerse ante sus palabras.

Había querido hacer las compras navideñas en Nueva York junto a Draco, pero él no había aceptado.

Claramente no había tenido ningún problema en ir de compras con Astoria.

-Traje el Jaguar -Se mordió el labio y miró a Draco, rogando mentalmente que la comprendiera -Calculé que ibas a insistir en conducir, y como siempre lo has preferido... -

El ceño fruncido de Draco le dijo que no quedó muy impresionado por su razonamiento.

-Es un coche muy pequeño para tres personas -

Y estaba en lo cierto.

El asiento trasero del coche, que era minúsculo, no había sido diseñado para equipaje, y tampoco para una mujer de la estatura de Astoria.

El baúl no era mucho mejor.

-Tal vez sería más cómodo para Astoria tomar un taxi, habría mucho lugar para sus maletas -

La inglesa hizo una mueca de disgusto.

-Si hubiera sabido que cambiarías los arreglos que hice para el transporte, hubiera tenido un coche esperándome.

Pero supongo que no tendré más remedio que esperar en una cola de taxis -

-Tonterías. Ya que Hermione hizo el cambio, estoy seguro de que no le importará esperar aquí mientras te llevo a tu casa -

Hermione abrió la boca para decirle a ambos lo que podían hacer con la conjetura de que sus necesidades siempre podían quedar para lo último, pero luego la cerró.

A lo mejor Astoria estaba esperando precisamente eso, para luego insistir nuevamente con lo del taxi, y dejar a Draco pensando que Hermione era una perra.

El bebé navideño de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora